miércoles, 3 de enero de 2024

Andalucía: Jaén y Córdoba (2)

 Era lunes y salimos de Baeza dirección Córdoba, distante 138 Km. Una parada era obligatoria antes de llegar: Jaén, capital de provincia a 48 km. Y una visita: La Catedral de Jaén, el monumento más emblemático de la ciudad. Su construcción  duró 184 años (1540-1724) y diferentes arquitectos pasaron a lo largo de su realización presentando una impresionante armonía en sus diferentes estilos. Se asienta sobre el solar de la antigua mezquita mayor de la Jaén almohade.

Fachada principal de la Catedral de Jaén

En su interior lo primero que llama la atención son sus dimensiones y su luminosidad. Tanto la nave central como las dos laterales y el crucero son altísimas y de la misma altura constituyendo lo que se denomina planta de salón o lo que los alemanes llaman Hallenkirche. Diferentes estilos confluyen en el interior: renacentista, barroco, churrigueresco y neoclásico.


En el centro del crucero podemos contemplar una elegante cúpula obra del arquitecto Juan de Aranda Salazar de 12,5 metros de diámetro y 50 de altura.


Detrás de la mesa del altar apreciamos un templete de 3,5 metros de altura realizada en Madrid. Obra del arquitecto Juan Pedro Arnal (1735-1805).


En el acceso a la sacristía y tras un cristal nos encontramos con La Custodia del Corpus Christi. Ésta no es la original, que fue destruída en 1936 tras el estallido de La Guerra Civil efectuada por Juan Ruiz "El Vandalino" en 1533. Es una réplica de plata y plata sobredorada realizada en Camas (Sevilla).


La imponente sacristía es la obra cumbre de Andrés de Vandelvira, arquitecto renacentista español y una de las obras más importantes del Renacimiento en España. En la cabecera central hay un retablo relicario obra de Alonso de Mena. La sacristía consta de ochenta columnas corintias de piedra de una sola pieza. En el muro derecho cinco ventanas proporcionan luz natural a la sala.


Si nos dirigimos al coro podemos admirar el órgano principal, obra de 1705. Durante la Guerra Civil los tubos fueron colocados en en Castillo de Santa Catalina y en la misma Catedral simulando cañones antiaéreos. En 1941, ante su deterioro, la Casa Amezkua de Hernani fue la encargada de fabricar unos nuevos  y colocarlos. La caja es la misma que se construyó en 1780.


El coro es uno de los más grandes de España con 148 sitiales en madera de nogal.


En resumen, una soberbia catedral en la que confluyendo diferentes estilos  vemos que aportan una impresionante uniformidad. Todo lo que se ve es una auténtica obra de arte que nos da a entender el esplendor del que disfrutó la ciudad. Terminada la visita vuelta al coche y dirección Córdoba distante a 110 km.


Córdoba: sultana y mora. Ciudad bañada por el río Guadalquivir. En 2022 se encontraban censados 319515 habitantes siendo la tercera ciudad más poblada de Andalucía tras Sevilla y Málaga. Fundada en S. II a.C por los romanos alcanzó su máximo esplendor durante la dominación musulmana siendo capital del Emirato de Córdoba. En 1236 Fernando III el Santo reconquista la ciudad. En la actualidad es una de las ciudades mejor conservadas de España con un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 17 de Diciembre de 1984.



Habíamos reservado habitación en el Hotel Hesperia de Córdoba (www.hesperia.com) situado prácticamente delante del Puente Romano, por lo que el acceso al centro histórico era inmediato. Un hotel cómodo, con un personal muy atento y con ganas de agradar. En la parte superior disponía de una terraza con bar desde la que se podía disfrutar de unas vistas espectaculares. El desayuno no lo teníamos incluido pero a 5 minutos andando llegabas a unos bares (bar Miguelito y bar los Romerillos) en los que te servían un desayuno estupendo y a un precio más que aceptable.



Llegamos al mediodía y fuimos a comer al bar Miguelito. La verdad es que comimos muy bien, sin grandes pretensiones y muy bien atendidos. Después del café y tras tomar un chupito de un "potente" anís cordobés de Rute, salimos y nos pilló una impresionante tormenta. Vuelta al Miguelito y a por otro chupito. Una vez pasado el aguacero cruzamos el puente romano, también llamado puente de San Rafael ya que en el centro nos encontramos con una estatua del santo, patrón de la ciudad y muy venerado por los cordobeses. Llegamos a los alrededores de la Mezquita. Ya desde fuera comienzas a admirar la belleza de semejante construcción con solo ver las puertas de entrada.



La visita a la Mezquita la teníamos reservada para el día siguiente así que nos decidimos por visitar los jardines ya que la entrada era libre. En el hotel nos avisaron que en diferentes puntos de la ciudad estaban expuestos unos grandes centros florales. Concretamente aquí pudimos contemplar uno de ellos que para mi entender se asemejaba a una gran hamburguesa con diferentes verduras.



Pasamos un buen rato paseando  y después anduvimos por las callejuelas que rodean a la Mezquita. El tiempo continuaba bastante inestable y después de picar algo volvimos al hotel. La jornada había sido larga, viaje incluido. Para el día siguiente teníamos varios planes organizados.



Nos levantamos a la hora habitual, más o menos a las nueve y fuimos a desayunar a los Romerillos. Un excelente pan con tomate y un buen aceite virgen extra con un café con leche. Todo por un precio más que aceptable. Nuestro primer destino era Montoro. Una localidad cordobesa a 47 km de la capital localizada en un gran meandro que forma el río Guadalquivir. Famosa por sus curtidos de piel, nuestro objetivo era visitar a un famoso guarnicionero, Manuel Mohedo, del que habíamos oído hablar. 



Entramos en la tienda y muy amablemente nos atendió el hijo de Manuel Mohedo, actual propietario. Muy especializado en fabricar botas camperas y otros tipos de calzado así como bolsos, cinturones, carteras, etc. Nos enseñó el taller y damos fe que allí todo es artesanal. Un ayudante estaba cosiendo unos zapatos. Hablamos con él largo y tendido sobre su trabajo. Nos explicó que el último encargo que había realizado eran unas botas camperas azules. Menudo capricho.



Le hicimos algunos pedidos para Navidad y posteriormente nos dimos un paseo por las calles de la parte antigua de la ciudad. Un mercadillo delante del ayuntamiento nos llamó la atención y no pudimos resistir la tentación.



Volvimos a comer a Córdoba. Teníamos reserva en Bodegas Campos (www.bodegascampos.com), un magnífico restaurante recomendado por un amigo que se cuida muy bien cuando viaja. Situado en pleno casco antiguo y decorado con mucho gusto. Es una antigua casa solariega con salones, patios y espacios reservados, todos con un encanto único y especial. Un referente gastronómico de la ciudad. La comida no defraudó en absoluto.




Terminamos de comer y nos dimos una vuelta por el casco antiguo disfrutando de sus calles y patios. 



Se acercaba la noche y teníamos reservada una visita nocturna a la Mezquita/Catedral también recomendada por este amigo.


Antes de entrar picamos algo en los alrededores de la Mezquita concretamente en el bar Santos, famoso por la tortilla de patatas que según se anuncia es la mejor del mundo. Es curioso como estos reclamos atraen al turisteo (me incluyo) porque la verdad es que personalmente me pareció un pedazo mazacote de patata cocida, ni siquiera frita. El encanto del local? que puedes comer comer tu ración en la calle, como así hicimos.



Llegó la hora de la visita y entramos en los jardines de la Mezquita. En una de las alas nos pasaron un audio-visual muy logrado en el que iban explicando la historia de su construcción. No nos dejaron hacer ninguna fotografía.



La antigua mezquita andalusí, actual Catedral de Córdoba, obra cumbre de la arquitectura andalusí y paradigma de los templos islámicos en la Península Ibérica, se construyó entre los siglos VIII y X. Participaron los emires omeyas Abderramán I y Abderramán II, el califa Alhaquén II y el hayib (primer ministro) del califa Hixem II Mohamed Ibn Amir (Almanzor o Al-Mansur).


Se convirtió en catedral a partir de 1236 año en que Fernando III el Santo reconquista la ciudad.


En el siglo XVI la antigua sala de oración (haram) fue sensiblemente modificada al construirse un templo cristiano de estilo gótico-renacentista que es lo que conforma la actual Catedral.


Acompañados de una guía nos fuimos adentrando a través de todo el entramado de arcos y columnas a la vez que se iba iluminando todo el recorrido. Un espectáculo impresionante de luz y sonido nos acompañó durante todo el recorrido. Además no se hizo pesado porque todo duró una hora y media aproximadamente. Tras la visita fuimos caminando poco a poco hacia el hotel.



Al día siguiente volvimos a desayunar a los Romerillo y nuestro plan era visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos, muy próximo a la Mezquita/Catedral. Este edificio formaba parte del antiguo Palacio Califal y cuando Córdoba es reconquistada por Fernando III el Santo se encontraba totalmente asolado. Alfonso X el Sabio inicia su reconstrucción y es completada durante el reinado de Alfonso XI. Ha sido un edificio multiusos: desde sede de la Inquisición a cárcel municipal (primera mitad del siglo XIX).


Su construcción es casi rectangular con cuatro torres en los ángulos y con extensos muros de sillares pétreos.



En su interior nos encontramos con frondosos jardines, fuentes, árboles y hierbas aromáticas.



Por la noche había llovido bastante pero durante el día pudimos disfrutar del sol y pasear y pasear. Muy exóticos me parecieron unos granados con sus frutos correspondientes.





Una vez terminada la visita a los jardines pasamos al interior visitando las diferentes estancias.



En una de ellas podemos apreciar un sarcófago. Se le considera uno de los sarcófagos romanos mejor conservados de la península ibérica.



Es el llamado sarcófago de las Puertas del Hades realizado en el siglo III en mármol de Carrara probablemente por una familia noble cordobesa. Fue encontrado en 1958 en el barrio cordobés de la Huerta de San Rafael y trasladado al Alcázar. En el frontal aparece la familia de los difuntos a los lados de las puertas del Hades o puerta de acceso a los infiernos. Por lo tanto nos encontramos ante un sarcófago pagano.



Otra de las estancias es el llamado Salón de los Mosaicos. Aquí se trasladan entre 1958 y 1959 ocho impresionantes mosaicos que formaban parte de una domus romana que había sido encontrada en unas obras de remodelación de la plaza de la Corredera de la ciudad.



 Terminada la visita salimos del Alcázar y caminando nos dirigimos al Mercado Victoria situado en lo que podríamos llamar zona nueva de la ciudad. Una buena caminata. Un espacio con establecimiento y bares muy en la línea de los mercados modernos.


Tomamos un aperitivo y al salir fuimos caminando tranquilamente llegando hasta plaza de la Corredera (otra buena caminata). Comimos en una terraza. Tras el café y el chupito correspondiente fuimos hasta  la Plaza del Potro, llamada así por el potrillo representado en la parte superior de una fuente.



Aquí se encuentra la llamada Posada del Potro, patio típico andaluz que fue destinada a posada y más tarde a patio de vecinos. Este lugar ya es nombrado por Cervantes en Don Quijote de La Mancha, por Pío Baroja en La feria de los discretos y por Ildefonso Falcones en La mano de Fátima.



Es heredera de los funduq o alhóndigas islámicas, destinadas al albergue de viajeros y comerciantes con un patio central rodeado de habitaciones.



En 1924 fue declarado Monumento Arquitectónico Artístico. Posteriormente fue restaurado varias veces albergando actualmente el Centro Flamenco Fosforito inaugurado por el propio Fosforito, maestro del cante jondo.


El día había sido largo y las caminatas lo mismo así que a orillas del Guadalquivir nos sentamos en una cafetería y le dimos a la cerveza su merecido.


Volvimos al hotel y subimos a la terraza desde la que pudimos admirar estas vistas de Córdoba con el Puente Romano, el río Guadalquivir, la Mezquita/Catedral y el minarete o alminar de la Mezquita convertido actualmente en campanario. Fue nuestro último día en Córdoba. Al día siguiente volvimos haciendo noche en Madrid, ciudad que bien vale una visita. Fueron unos días muy intensos y creo muy bien aprovechados.

Un saludo,



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