viernes, 22 de julio de 2016

El escudo de Tabakalera

      En la puerta principal del edificio de Tabakalera de San Sebastián, entrando por Duque de Mandas, coronando el arco de medio punto y sujetado por dos volutas se puede apreciar un escudo. Si lo observamos detenidamente vemos que se trata de un escudo oficial.  En dicho escudo  se aprecian dos castillos con sus torreones y dos leones rampantes. En la parte inferior y "entado en punta" (así denomina la heráldica a un triangulo curvilíneo con base en la parte inferior del escudo) vemos un motivo vegetal.

Entrada principal


      El león y el castillo corresponderían al escudo de armas de Castilla y León y el motivo vegetal es una granada que representaría al reino de Granada. En la parte superior del escudo a modo de corona vemos un castillo con sus torreones. Se corresponde claramente con el escudo oficial de la República Española a pesar de que falten dentro del mismo los escudos de armas de Aragón y Navarra. Tampoco aparecen las torres de Hércules con la inscripción Plus Ultra.

Escudo republicano


      Las diferencias con el escudo real son varias: La corona no es un castillo sino una corona real, las torres de Hércules tienen en su parte superior una corona cada una de ellas, el león rampante lleva corona y en el centro del escudo aparecen flores de lis, símbolo de la dinastía Borbón.

Escudo real a la izda. y republicano a la dcha


      Adjunto fotos y lo pongo en conocimiento más que todo como curiosidad.

      Un saludo,

domingo, 17 de julio de 2016

A José Ramón Recalde

      Me acabo de enterar y no lo puedo remediar. Ha fallecido José Ramón Recalde y no me resisto a permanecer mudo.
 
       Le conozco desde hace años así como a su mujer Mª Teresa Castells.  Junto a Ignacio Latierro fundaron la librería Lagun, en la Plaza de la Constitución de la Parte Vieja donostiarra. Una librería donde se respiraba libertad, tolerancia; donde se reunían donostiarras de amplias miras y se hablaba y discutía sobre todo aquello que podía hacer más libres a las personas, una librería víctima de múltiples atentados. Por eso mismo fue atacada, por los enemigos de todo lo que representaba. Ese nacionalismo enemigo de la libertad. Un nacionalismo caduco, trasnochado, pueblerino, intolerante, que en ningún momento se solidarizó con todo lo que significó Lagun. Seguro que ahora se van a apuntar al carro de homenajes, reconocimientos, solidaridad y compañerismo por todo lo que significaron tanto él como su mujer. Lo de siempre.
 
      Coincidía con el matrimonio en un supermercado debajo de mi casa. Mª Teresa, una persona muy educada y agradable, él algo mas parco en palabras. Siempre contó con mi admiración. No podía dejar de saludarle. Un superviviente del fanatismo con el que hemos vivido en este país. Admirable. Una cabeza impresionante. Un matrimonio ejemplar que han resistido y se han enfrentado con argumentos muy válidos a lo peor que hemos tenido en este país, un nacionalismo cobarde que ha mirado para otro lado cuando nos referíamos a ETA y a todo su entorno , un nacionalismo enemigo de los valores surgidos de lo que significó la Ilustración y las libertadas ganadas a finales del siglo XVIII.
 
      Mañana iré a saludar a Mª Teresa y a familiares que conozco. Creo que todos los vascos estamos en deuda con ellos, por lo que han representado. Gracias a personas como ellos, vivimos actualmente en una sociedad sin terrorismo, más tolerante, con un nacionalismo a la baja (afortunadamente) y más libre.
 
      Desde aquí mi homenaje y admiración por José Ramón Recalde

sábado, 9 de julio de 2016

Graduación

      Hace unos días tuvo lugar en la Universidad Internacional de Cataluña (UIC) la graduación de los alumnos de la carrera de Medicina. Entre ellos se encontraba mi hija Cristina.



      Hago memoria y todavía recuerdo perfectamente el día que fuimos a Barcelona en septiembre de 2010, con el coche lleno hasta arriba de maletas (ya se sabe, las féminas), y la llegada a la residencia del Colegio La Salle Bonanova. Su habitación y las compañeras con las que durante dos años compartiría residencia. Posteriormente junto a tres amigas vivieron en un piso en el animado y popular barrio de Gracia.

Residencia Colegio La Salle Bonanova


      El paso del colegio a la universidad a todos nos pilla totalmente desarmados en cuanto a lo que nos espera, a pesar de los avisos que vas recibiendo por parte de tus profesores y de tus padres. Son unos años que permanecen en el recuerdo durante toda tu vida y, gracias a la facilidad con que nos vamos olvidando o aparcando por ahí los malos momentos, quedan grabados los buenos. Pienso que son para vivirlos fuera de casa porque así te vas enfrentando a muchas situaciones de las que tienes que salir por tu cuenta. Uno así se va curtiendo poco a poco.



      Volviendo a la graduación, ésta tuvo lugar en la sala de actos de la UIC. Acudieron el Rector, el Decano y muchos profesores de la facultad, ataviados con sus togas y birretes amarillos (color de Medicina) excepto el del Rector que era negro. Muy solemne (para esto los catalanes son unos artistas) la entrada en la sala de actos de los profesores y alumnos (éstos ataviados con togas negras), con una música que acompañaba perfectamente y te ponía los pelos de punta. Unas palabras del Rector y del Decano y tomó la palabra la Dra. Mercé Boada, neuróloga y directora del Instituto Catalán de Neurociencias Aplicadas, que impartió la lección magistral. Personalmente, lo mejor de todo el acto. Supo perfectamente ponerse a la altura de los nuevos médicos relatándoles sus primeras experiencias recién licenciada. Que discurso tan cercano, humano, propio de una persona sabia, humilde. Que anécdotas tan bonitas y con que gracia las contó. Fue, como he dicho antes, lo mejor del acto exceptuando el discurso que como subdelegada de su clase hizo mi hija (faltaría más). Terminó el acto con los profesores y alumnos levantados, recitando el Juramento Hipocrático y posteriormente entonamos todos el "Gaudeamus Igitur", himno universitario por excelencia. Salimos del salón de actos y en el exterior hubo un animado aperitivo acompañados de un sol radiante. Ahí tuve la ocasión de saludar al prestigioso Doctor Joaquín Barraquer director del Instituto oftalmológico que lleva su nombre. Un nieto suyo también se graduaba.

 

    
  Tengo dos hijas y las dos ya licenciadas o graduadas. Que más se puede pedir. Cada una irá cogiendo su camino en esta vida y lo único que como padre puedo desearles es que les vaya muy bien y sean lo más felices que puedan ser. Su madre y yo hemos hecho lo que teníamos que hacer, les hemos educado de la mejor manera que a nosotros nos ha parecido y ellas saben que siempre hemos estado y seguiremos estando ahí para lo que les hagamos falta.
 

 

Un saludo de un orgulloso padre,