miércoles, 3 de enero de 2024

Andalucía: Jaén y Córdoba (2)

 Era lunes y salimos de Baeza dirección Córdoba, distante 138 Km. Una parada era obligatoria antes de llegar: Jaén, capital de provincia a 48 km. Y una visita: La Catedral de Jaén, el monumento más emblemático de la ciudad. Su construcción  duró 184 años (1540-1724) y diferentes arquitectos pasaron a lo largo de su realización presentando una impresionante armonía en sus diferentes estilos. Se asienta sobre el solar de la antigua mezquita mayor de la Jaén almohade.

Fachada principal de la Catedral de Jaén

En su interior lo primero que llama la atención son sus dimensiones y su luminosidad. Tanto la nave central como las dos laterales y el crucero son altísimas y de la misma altura constituyendo lo que se denomina planta de salón o lo que los alemanes llaman Hallenkirche. Diferentes estilos confluyen en el interior: renacentista, barroco, churrigueresco y neoclásico.


En el centro del crucero podemos contemplar una elegante cúpula obra del arquitecto Juan de Aranda Salazar de 12,5 metros de diámetro y 50 de altura.


Detrás de la mesa del altar apreciamos un templete de 3,5 metros de altura realizada en Madrid. Obra del arquitecto Juan Pedro Arnal (1735-1805).


En el acceso a la sacristía y tras un cristal nos encontramos con La Custodia del Corpus Christi. Ésta no es la original, que fue destruída en 1936 tras el estallido de La Guerra Civil efectuada por Juan Ruiz "El Vandalino" en 1533. Es una réplica de plata y plata sobredorada realizada en Camas (Sevilla).


La imponente sacristía es la obra cumbre de Andrés de Vandelvira, arquitecto renacentista español y una de las obras más importantes del Renacimiento en España. En la cabecera central hay un retablo relicario obra de Alonso de Mena. La sacristía consta de ochenta columnas corintias de piedra de una sola pieza. En el muro derecho cinco ventanas proporcionan luz natural a la sala.


Si nos dirigimos al coro podemos admirar el órgano principal, obra de 1705. Durante la Guerra Civil los tubos fueron colocados en en Castillo de Santa Catalina y en la misma Catedral simulando cañones antiaéreos. En 1941, ante su deterioro, la Casa Amezkua de Hernani fue la encargada de fabricar unos nuevos  y colocarlos. La caja es la misma que se construyó en 1780.


El coro es uno de los más grandes de España con 148 sitiales en madera de nogal.


En resumen, una soberbia catedral en la que confluyendo diferentes estilos  vemos que aportan una impresionante uniformidad. Todo lo que se ve es una auténtica obra de arte que nos da a entender el esplendor del que disfrutó la ciudad. Terminada la visita vuelta al coche y dirección Córdoba distante a 110 km.


Córdoba: sultana y mora. Ciudad bañada por el río Guadalquivir. En 2022 se encontraban censados 319515 habitantes siendo la tercera ciudad más poblada de Andalucía tras Sevilla y Málaga. Fundada en S. II a.C por los romanos alcanzó su máximo esplendor durante la dominación musulmana siendo capital del Emirato de Córdoba. En 1236 Fernando III el Santo reconquista la ciudad. En la actualidad es una de las ciudades mejor conservadas de España con un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 17 de Diciembre de 1984.



Habíamos reservado habitación en el Hotel Hesperia de Córdoba (www.hesperia.com) situado prácticamente delante del Puente Romano, por lo que el acceso al centro histórico era inmediato. Un hotel cómodo, con un personal muy atento y con ganas de agradar. En la parte superior disponía de una terraza con bar desde la que se podía disfrutar de unas vistas espectaculares. El desayuno no lo teníamos incluido pero a 5 minutos andando llegabas a unos bares (bar Miguelito y bar los Romerillos) en los que te servían un desayuno estupendo y a un precio más que aceptable.



Llegamos al mediodía y fuimos a comer al bar Miguelito. La verdad es que comimos muy bien, sin grandes pretensiones y muy bien atendidos. Después del café y tras tomar un chupito de un "potente" anís cordobés de Rute, salimos y nos pilló una impresionante tormenta. Vuelta al Miguelito y a por otro chupito. Una vez pasado el aguacero cruzamos el puente romano, también llamado puente de San Rafael ya que en el centro nos encontramos con una estatua del santo, patrón de la ciudad y muy venerado por los cordobeses. Llegamos a los alrededores de la Mezquita. Ya desde fuera comienzas a admirar la belleza de semejante construcción con solo ver las puertas de entrada.



La visita a la Mezquita la teníamos reservada para el día siguiente así que nos decidimos por visitar los jardines ya que la entrada era libre. En el hotel nos avisaron que en diferentes puntos de la ciudad estaban expuestos unos grandes centros florales. Concretamente aquí pudimos contemplar uno de ellos que para mi entender se asemejaba a una gran hamburguesa con diferentes verduras.



Pasamos un buen rato paseando  y después anduvimos por las callejuelas que rodean a la Mezquita. El tiempo continuaba bastante inestable y después de picar algo volvimos al hotel. La jornada había sido larga, viaje incluido. Para el día siguiente teníamos varios planes organizados.



Nos levantamos a la hora habitual, más o menos a las nueve y fuimos a desayunar a los Romerillos. Un excelente pan con tomate y un buen aceite virgen extra con un café con leche. Todo por un precio más que aceptable. Nuestro primer destino era Montoro. Una localidad cordobesa a 47 km de la capital localizada en un gran meandro que forma el río Guadalquivir. Famosa por sus curtidos de piel, nuestro objetivo era visitar a un famoso guarnicionero, Manuel Mohedo, del que habíamos oído hablar. 



Entramos en la tienda y muy amablemente nos atendió el hijo de Manuel Mohedo, actual propietario. Muy especializado en fabricar botas camperas y otros tipos de calzado así como bolsos, cinturones, carteras, etc. Nos enseñó el taller y damos fe que allí todo es artesanal. Un ayudante estaba cosiendo unos zapatos. Hablamos con él largo y tendido sobre su trabajo. Nos explicó que el último encargo que había realizado eran unas botas camperas azules. Menudo capricho.



Le hicimos algunos pedidos para Navidad y posteriormente nos dimos un paseo por las calles de la parte antigua de la ciudad. Un mercadillo delante del ayuntamiento nos llamó la atención y no pudimos resistir la tentación.



Volvimos a comer a Córdoba. Teníamos reserva en Bodegas Campos (www.bodegascampos.com), un magnífico restaurante recomendado por un amigo que se cuida muy bien cuando viaja. Situado en pleno casco antiguo y decorado con mucho gusto. Es una antigua casa solariega con salones, patios y espacios reservados, todos con un encanto único y especial. Un referente gastronómico de la ciudad. La comida no defraudó en absoluto.




Terminamos de comer y nos dimos una vuelta por el casco antiguo disfrutando de sus calles y patios. 



Se acercaba la noche y teníamos reservada una visita nocturna a la Mezquita/Catedral también recomendada por este amigo.


Antes de entrar picamos algo en los alrededores de la Mezquita concretamente en el bar Santos, famoso por la tortilla de patatas que según se anuncia es la mejor del mundo. Es curioso como estos reclamos atraen al turisteo (me incluyo) porque la verdad es que personalmente me pareció un pedazo mazacote de patata cocida, ni siquiera frita. El encanto del local? que puedes comer comer tu ración en la calle, como así hicimos.



Llegó la hora de la visita y entramos en los jardines de la Mezquita. En una de las alas nos pasaron un audio-visual muy logrado en el que iban explicando la historia de su construcción. No nos dejaron hacer ninguna fotografía.



La antigua mezquita andalusí, actual Catedral de Córdoba, obra cumbre de la arquitectura andalusí y paradigma de los templos islámicos en la Península Ibérica, se construyó entre los siglos VIII y X. Participaron los emires omeyas Abderramán I y Abderramán II, el califa Alhaquén II y el hayib (primer ministro) del califa Hixem II Mohamed Ibn Amir (Almanzor o Al-Mansur).


Se convirtió en catedral a partir de 1236 año en que Fernando III el Santo reconquista la ciudad.


En el siglo XVI la antigua sala de oración (haram) fue sensiblemente modificada al construirse un templo cristiano de estilo gótico-renacentista que es lo que conforma la actual Catedral.


Acompañados de una guía nos fuimos adentrando a través de todo el entramado de arcos y columnas a la vez que se iba iluminando todo el recorrido. Un espectáculo impresionante de luz y sonido nos acompañó durante todo el recorrido. Además no se hizo pesado porque todo duró una hora y media aproximadamente. Tras la visita fuimos caminando poco a poco hacia el hotel.



Al día siguiente volvimos a desayunar a los Romerillo y nuestro plan era visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos, muy próximo a la Mezquita/Catedral. Este edificio formaba parte del antiguo Palacio Califal y cuando Córdoba es reconquistada por Fernando III el Santo se encontraba totalmente asolado. Alfonso X el Sabio inicia su reconstrucción y es completada durante el reinado de Alfonso XI. Ha sido un edificio multiusos: desde sede de la Inquisición a cárcel municipal (primera mitad del siglo XIX).


Su construcción es casi rectangular con cuatro torres en los ángulos y con extensos muros de sillares pétreos.



En su interior nos encontramos con frondosos jardines, fuentes, árboles y hierbas aromáticas.



Por la noche había llovido bastante pero durante el día pudimos disfrutar del sol y pasear y pasear. Muy exóticos me parecieron unos granados con sus frutos correspondientes.





Una vez terminada la visita a los jardines pasamos al interior visitando las diferentes estancias.



En una de ellas podemos apreciar un sarcófago. Se le considera uno de los sarcófagos romanos mejor conservados de la península ibérica.



Es el llamado sarcófago de las Puertas del Hades realizado en el siglo III en mármol de Carrara probablemente por una familia noble cordobesa. Fue encontrado en 1958 en el barrio cordobés de la Huerta de San Rafael y trasladado al Alcázar. En el frontal aparece la familia de los difuntos a los lados de las puertas del Hades o puerta de acceso a los infiernos. Por lo tanto nos encontramos ante un sarcófago pagano.



Otra de las estancias es el llamado Salón de los Mosaicos. Aquí se trasladan entre 1958 y 1959 ocho impresionantes mosaicos que formaban parte de una domus romana que había sido encontrada en unas obras de remodelación de la plaza de la Corredera de la ciudad.



 Terminada la visita salimos del Alcázar y caminando nos dirigimos al Mercado Victoria situado en lo que podríamos llamar zona nueva de la ciudad. Una buena caminata. Un espacio con establecimiento y bares muy en la línea de los mercados modernos.


Tomamos un aperitivo y al salir fuimos caminando tranquilamente llegando hasta plaza de la Corredera (otra buena caminata). Comimos en una terraza. Tras el café y el chupito correspondiente fuimos hasta  la Plaza del Potro, llamada así por el potrillo representado en la parte superior de una fuente.



Aquí se encuentra la llamada Posada del Potro, patio típico andaluz que fue destinada a posada y más tarde a patio de vecinos. Este lugar ya es nombrado por Cervantes en Don Quijote de La Mancha, por Pío Baroja en La feria de los discretos y por Ildefonso Falcones en La mano de Fátima.



Es heredera de los funduq o alhóndigas islámicas, destinadas al albergue de viajeros y comerciantes con un patio central rodeado de habitaciones.



En 1924 fue declarado Monumento Arquitectónico Artístico. Posteriormente fue restaurado varias veces albergando actualmente el Centro Flamenco Fosforito inaugurado por el propio Fosforito, maestro del cante jondo.


El día había sido largo y las caminatas lo mismo así que a orillas del Guadalquivir nos sentamos en una cafetería y le dimos a la cerveza su merecido.


Volvimos al hotel y subimos a la terraza desde la que pudimos admirar estas vistas de Córdoba con el Puente Romano, el río Guadalquivir, la Mezquita/Catedral y el minarete o alminar de la Mezquita convertido actualmente en campanario. Fue nuestro último día en Córdoba. Al día siguiente volvimos haciendo noche en Madrid, ciudad que bien vale una visita. Fueron unos días muy intensos y creo muy bien aprovechados.

Un saludo,



martes, 5 de diciembre de 2023

Las hijas de la criada

 Sonsoles Ónega es la autora de este libro y ha sido la ganadora el Premio Planeta 2023 en su 72 edición. La ceremonia de entrega tuvo lugar, como siempre, la noche del 15 de Octubre en Barcelona, día de Santa Teresa de Jesús. El motivo celebrarse ese día se debe a que coincidía con el santo de la mujer del fundador de la Editorial Planeta José Manuel Lara Hernández.


Sonsoles Ónega es una periodista más conocida en su faceta televisiva que en la de escritora aunque tiene varios libros publicados: "Calle Habana esquina Obispo", "Donde Dios no estuvo". Su mayor éxito literario ha sido la novela "Después del amor" (2017) ambientada en la España de la II República. Hija del conocido periodista Fernando Ónega, no cabe duda que desde pequeña ha convivido con el periodismo. Nació en Madrid en 1977 y estudió periodismo en la Universidad CEU San Pablo. Inició su carrera profesional en CNN+ y posteriormente en la Cuatro. Más tarde pasó a los servicios informativos de Telecinco como cronista parlamentaria y  presentó el programa "Ya es mediodía". En Julio de 2022 fichó por Atresmedia Televisión para presentar un nuevo proyecto: "Y ahora Sonsoles".



La historia que narra el libro tiene lugar fundamentalmente en Galicia, concretamente en Punta do Bico, en la Ría de Arosa. También hace referencia a Cuba, Argentina, Vigo. La trama se inicia a principios de 1900. La acaudalada familia Valdés vive en un pazo cuidado por un matrimonio: Renata y Domingo. La casualidad quiere que Doña Inés, esposa de Don Gustavo Valdés dueño del pazo, y Renata, den a luz dos niñas prácticamente a la vez. Ambas son hijas de Don Gustavo. Renata, en un acceso de venganza hacia Don Gustavo por la indiferencia hacia su hija  intercambia las dos niñas queriendo para la suya un futuro mejor. Diferentes acontecimientos van surgiendo a lo largo del libro que hacen que la lectura sea muy entretenida y amena.



Desde hace unos años este premio no goza de muy buena crítica ya que en él confluyen intereses comerciales. Como el premio está dotado con un millón de euros (más que el Premio Nobel) veo lógica la posición de la Editorial de premiar un libro escrito por una persona conocida y con una trama sencilla para que pueda ser leído por diferente tipo de público.

Animo a que el personal lo lea.

Un saludo,


lunes, 20 de noviembre de 2023

Andalucía: Jaén y Córdoba (1)



 Han sido los destinos del último viaje que hicimos hace unos días. Era una excursión ya programada pero que tuvimos que aplazar por culpa de la pandemia. En Córdoba ya habíamos estado hace años, concretamente en 1995. Coincidiendo con la estancia en Sevilla con motivo de la Feria de Abril nos desplazamos con unos amigos en el AVE a Córdoba. Visitamos la Mezquita y comimos en el Caballo Rojo, un clásico del rabo de toro. Fue una estancia breve ya que el mismo día volvimos en el tren a Sevilla.  La provincia de Jaén  la conocía de paso ya que de pequeño, con mis padres, íbamos todos los hermanos en un 1500 a pasar 15 días a Benalmádena y pasábamos por La Carolina (Jaén). Como anécdota coincidió que en uno de esos interminables y calurosísimos viajes en pleno Julio (más de 12h atravesando la Península) el Seat tuvo una avería cerca de La Carolina y creo recordar que tuvimos que parar allí. Ese es todo mi confuso recuerdo de esa provincia.


Seat 1500

Pues bien, decidimos salir un jueves dirección Toledo. Primera escala del viaje. La lluvia estuvo presente durante todo el trayecto pero a partir de Somosierra la cosa se fue complicando. Su intensidad fue aumentando  y la niebla que cubría el puerto no desapareció. Parecía que la habían anclado al paisaje. Aquello parecía el Diluvio Universal y encima con una visibilidad muy reducida. Pero bueno, con paciencia y buen humor llegamos a destino. Pasamos la tarde/noche y al día siguiente nuestro objetivo era llegar a Baeza, localidad de la la provincia de Jaén donde pernoctamos 3 noches en el hotel Campos de Baeza (www.hotelcamposdebaeza.com), establecimiento situado un poco en las afueras pero  caminando 10 minutos llegabas al centro.


Hotel Campos de Baeza

Baeza, municipio de la provincia de Jaén alberga actualmente cerca de 16000 habitantes y es una de las localidades más importantes en la elaboración del aceite de oliva. El paisaje es impresionante: no terminas de ver el final de los campos de olivo. Se suceden de manera imparable. El desplazamiento en coche por la zona es un deleite para la vista. 



Hagamos un poco de historia. En el S.VIII es ocupada por los musulmanes y le ponen de nombre Bayyasa. Tras la batalla de las Navas de Tolosa el 16 de Julio de 1212 el imperio musulmán se desmorona y surgen los Reinos de Taifas. Bayyasa queda como capital de una de las Taifas. El 30 de Noviembre de 1227 Fernando III el Santo toma posesión definitiva de Baeza y la incorpora al Reino de Castilla. El año 2003 la UNESCO declara los monumentos renacentistas de Baeza  Patrimonio de la Humanidad, al igual que los de la vecina Úbeda.



Llegamos al mediodía y en el hotel preguntamos por un sitio para comer. Nos recomendaron un bar donde sirven raciones: Taberna el Arcediano. No se equivocaron. Perfectamente integrado en el casco histórico y detrás de la plaza principal. Allí nos despachamos unas raciones de tortilla de trigueros con setas, ensalada de tomate y una tarta de queso. Todo acompañado del vino de rigor y el café. Muy bien atendidos. Muy recomendable. Terminamos de comer y dimos una vuelta por la ciudad. 


Taberna El Arcediano

Llama la atención la profusión de edificios renacentistas. La razón estriba en el gran impulso que Baeza adquirió los siglos XV y XVI gracias a la gran producción cerealística, maderas, azafrán, vid y olivo. También tuvo mucha importancia la industria de los curtidos. Todo esto hizo que una pequeña nobleza local quisiera proyectar su estatus social con la monumentalidad de sus casonas. Un ejemplo es el Palacio de los Salcedo, construído por Juan Rubio de Salcedo a principios del siglo XVI. Actualmente es un establecimiento hotelero.


Palacio de los Salcedo

Paseando por la zona admiramos elementos tan interesantes como la Plaza del Pópulo o de los leones. Varios elementos arquitectónicos destacan. En el centro la Fuente de los Leones  que procede de la localidad iberoromana de Cástulo (cerca de Linares). Fue instalada en el siglo XVI. 


Fuente de Los Leones

También podemos ver el Arco de Villalar con el escudo real (levantado en 1522 para conmemorar la victoria de Carlos I sobre los comuneros en la Batalla de Villalar) y la Puerta de Jaén. 


Arco de Villalar (izda) y Puerta de Jaén (dcha)

Dos edificios completan la monumentalidad de esta plaza: La Casa del Pópulo de estilo plateresco (actual Oficina de Turismo) y las Antiguas Carnicerías construído en 1547 durante el reinado de Carlos I (inconfundible su escudo en la fachada) y que servía de matadero en la planta baja y de venta de carne en el piso superior.


Casa del Populo





Antiguas Carnicerías


Seguimos caminando por ese centro histórico totalmente peatonalizado y nos encontramos con una fachada impresionante perteneciente al Palacio de Jabalquinto. Es uno de los elementos patrimoniales más importantes de Baeza. Es de estilo Reyes Católicos y fue mandado edificar a mediados de siglo XV por el Señor de Jabalquinto (Juan Alfonso de Benavides Manrique) primo segundo de Fernando el Católico. Tras muchos avatares actualmente acoge la Sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía.


Palacio Jabalquinto


La fachada está adornada con profusión de puntas de diamante, clavos de piña, pináculos, heráldica, etc. La puerta, centrada, presenta un arco conopial en su parte superior. Encima dos ventanas gemelas y sobre ellas ocho escudos "a la valona" (inclinados). En interior existe un patio renacentista que no pudimos visitar por encontrarse cerrado. Seguimos paseando y en una céntrica calle peatonal nos encontramos con una escultura en bronce de un personaje sentado en un banco leyendo delante de la fachada del Nuevo Casino. Nos acercamos y comprobamos que se trataba de Antonio Machado. Indagando, descubro que entre 1912 y 1919 vivió en Baeza ocupando la cátedra de Lengua Francesa en el Instituto General y Técnico de la localidad.


Escultura de Antonio Machado

La tarde fue transcurriendo poco a poco mientras visitábamos lo más interesante de la ciudad. El día había sido largo, viaje incluído, así que nos retiramos al hotel y preparamos la excursión del día siguiente. Los destinos iban a ser Cazorla y Úbeda.


Calle de Baeza

Serían las 10 de la mañana cuando nos pusimos en marcha tras un buen desayuno. La primera visita sería Cazorla, localidad jienense distante a 52 km de Baeza. Situada en la vertiente norte de la Sierra de Cazorla, lugar de nacimiento del río Guadalquivir. En 2022 se encontraban censados 7183 habitantes. Su historia data desde el año 2000 a.C. y aquí asentaron pueblos íberos, romanos y musulmanes. Durante la Guerra de Independencia sus vecinos se distinguieron por luchar activamente contra los franceses. Todavía se pueden apreciar vestigios de la pelea como las ruinas de la iglesia mayor de Santa María que nunca fue reconstruida.


Iglesia mayor de Santa María


Aparcamos el coche, tomamos un café y fuimos callejeando. En el centro nos encontramos con una soleada plaza peatonalizada rodeada de edificios que algunos merecían la pena. El resto se veía que eran de nueva construcción y la verdad es que no seguían un patrón uniforme. Poco a poco fuimos adentrándonos en el casco antiguo donde predominaban  calles estrechas con mucho encanto que descendían a otra plaza, la plaza de Santa María, muy concurrida y con terrazas que invitaban a sentarte y tomar algo. Es, seguramente, el lugar de ocio de Cazorla


Plaza de Santa María


En la zona superior un mirador nos ofrecía unas preciosas vistas de la Sierra de Cazorla y del Castillo de la Yedra en el que se aprecia una mezcla de construcción árabe y cristiana y arquitectura claramente mozárabe.


Castillo de la Yedra


Continuamos el recorrido por la Ciudad. Título otorgado por las Cortes de Cádiz al valor de sus ciudadanos durante la Guerra de la Independencia.







Dejamos Cazorla para dirigirnos a Úbeda, localidad jienense a 10 km y que tal y como he escrito antes, sus edificios renacentistas fueron nombrados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto a los de Baeza, en 2003.




Úbeda, municipio de la provincia de Jaén capital de la comarca de la Loma. En el año 2022 había censados 34062 habitantes. La agricultura ocupa a más del 50% de la población siendo centro neurálgico de la producción olivarera y uno de los mayores productores y envasadores de aceite de oliva. Esta comarca abarca un 15% de toda la producción aceitera mundial.





El año 206 a.C. Úbeda es ocupada por los romanos bajo la denominación de Baetula y con la llegada de los árabes adquiere cierta entidad y es refundada por Abderramán II bajo la denominación de Ubbadat Al-Arab rodeándose de murallas y siendo una de las ciudades más importantes de Al-Andalus. En 1233 es conquistada por Fernando III de Castilla tras seis meses de largo asedio. Los siglos XIV, XV y XVI son los de gran esplendor debido a que se le otorga una amplia jurisdicción que hace que la nobleza se acomode en esta localidad. Especialmente destaca la influencia de Francisco de Los Cobos, secretario particular de Carlos I siendo impulsor de la construcción de palacios de inspiración renacentista gracias a la implicación del arquitecto Andrés de Vandelvira. Como no, otro de los grandes beneficiados de este crecimiento es el clero. Los siglos XVII y XVIII comienza la decadencia de Úbeda y  la Guerra de la Independencia lleva a esta ciudad al estado de "ruina económica".


Basílica de Santa María de los Reales Alcázares


Las guerras carlistas y las diferentes revoluciones liberales perjudicaron aún más a la población. En la década de 1920 numerosos proyectos intentan relanzar la comarca con la construcción de la línea férrea Baeza-Utiel que pasaría por Úbeda y serviría para conectar la comarca con el Levante. En 1964 se decidió interrumpir su construcción estando ya muy avanzada. A partir de la década 60-70 cobra de nuevo gran impulso gracias al desarrollo industrial relacionado con el aceite de oliva y como ciudad de servicios al ser nombrada capital de la Comarca de La Loma.




Llegamos a Úbeda a la hora de comer. Habíamos reservado mesa en el Parador Nacional "Condestable Dávalos" situado en la Plaza Vázquez de Molina en pleno Casco Histórico. Este establecimiento hotelero se encuentra en el  Palacio del Deán Ortega un palacio de gran pureza renacentista del siglo XVI (el primer palacio que se transformó en Parador Nacional) atribuido a Andrés de Vandelvira en el que destacan su fachada y un espléndido patio central.


 






Fachada del Parador Nacional


El comedor muy en la línea de Paradores Nacionales con un servicio atentísimo y muy profesional. La comida la calificaría de muy buena con una excelente relación calidad/precio. Esa parada nos vino muy bien ya que la mañana había sido muy intensa. 




La plaza donde se encuentra el Parador es uno de los mejores ejemplos de urbanismo renacentista que podemos encontrar en España. Junto al Parador destaca la Sacra Capilla del Salvador. Es el panteón del palacio de Don Francisco de Los Cobos y fue mandado construir por él. Es el icono de la ciudad.




El proyecto se encargó al burgalés Diego de Siloé y el proyecto lo realizó Andrés de Vandelvira a partir de 1540. Su primer capellán fue el Deán Ortega para quien se construyó el palacio que se encuentra a la izquierda y que actualmente es el Parador Nacional de Úbeda. Cuando terminamos de comer y aprovechando que la puerta estaba abierta, rareza absoluta actualmente, entramos y nos dirigimos al altar mayor a travesando una reja fundida en 1555 por Francisco de Villalpando según consta en su parte superior.


En el altar mayor, en su parte central, nos encontramos con la Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor retablo atribuido a Alonso de Berruguete (1559). Durante la Guerra Civil fue destruido permaneciendo intacta sólo la figura de Cristo. Fue restaurado por Juan Luis Vasallo Parodi, imaginero gaditano (1908-1986).




Terminada la visita a la Capilla dimos un paseo por la Plaza Vázquez de Molina admirando otros edificios renacentistas. Posteriormente nos adentramos en el casco antiguo por una calle peatonal donde hicimos un breve descanso.



 
Úbeda también es conocida también por su cerámica. El ejemplo más representativo y que te lo encuentras por todas partes es la marca " Alfarería Tito", firma creada en 1965 por Juan Martínez Villacañas (Tito), Premio Nacional de Artesanía en 2006 y 2012.









El local es inmenso, con patios y naves llenos de cerámica. Hicimos alguna que otra compra. Iba anocheciendo y dimos por terminada nuestra estancia en Úbeda, localidad de la que guardaré grato recuerdo. Volvimos a nuestro cuartel general en Baeza y nos retiramos al hotel. Al día siguiente teníamos concertada visita a una almazara: Oleícola San Francisco.




A unos 6 Km de Baeza se encuentra la localidad de Begijar totalmente rodeada de olivos. En pleno casco urbano está la fábrica de aceites, tal y como aparece en su fachada. Organiza visitas guiadas tanto al olivar como a la almazara. Elegimos la modalidad mixta y al llegar apareció Manolo en un todoterreno. De todos los visitantes fuimos los únicos que elegimos las dos visitas. Así que nos pusimos en marcha y en 10 minutos estábamos contemplando desde una especie de mirador toda la vega del Guadalquivir y sus olivares. También nos fue señalando las diferentes almazaras dispersas por el paisaje.



Manolo estuvo sublime. Nos explicó con todo detenimiento todo lo que teníamos delante. Los microclimas gracias a la sierra de Cazorla, sistemas de regadío, diferentes tipos de olivos y de olivas, etc, etc. Volvimos al todo terreno y nos adentramos en un olivar. Estaban los olivos, a mi modo de ver, pletóricos de aceitunas aunque él nos insistió que de unos años a esta parte la producción a decaído  debido al cambio climático, y que ése era el motivo principal de la escalada de precios. Dentro de la plantación fuimos viendo de cerca lo que era un olivo y el diferente grado de maduración de las olivas según su coloración. Todo un mundo.




Calculo que la visita al olivar duraría una hora mas o menos. Se nos pasó volando. Volvimos a la almazara e iniciamos con el resto de visitantes un recorrido por su interior.
Manolo fue el guía y sus explicaciones muy didácticas. Pudimos ver las instalaciones preparadas para la cosecha de este año que también la esperan escasa. Las antiguas prensas las guardan en perfecto estado y no tienen ningún tipo problema en reconocer que la tecnología ha sustituido a los antiguos procedimientos para la obtención del aceite.





Pasamos por los depósitos donde almacenan el aceite antes de su envasado y donde se les asigna las diferentes categorías según el método de obtención.



Si algo me llamó la atención fue la limpieza y el orden. Daba gusto visitar la almazara. Todo estaba reluciente y cada cosa en su sitio. Una maravilla. Terminada la visita Manolo nos llevó a una sala con una mesa larga donde estaban dispuestas las diferentes modalidades de aceite que elaboran y unos vasos  de colores. Íbamos a hace una cata de aceite. Lo de los colores lo hacen para que no te guíes por el color del aceite sino por el aroma y el sabor.









Terminamos la visita en la tienda y compramos algunas botellas de diferentes tipos de aceite virgen extra entre ellas una de aceite de cosecha temprana que al fin y al cabo consiste en un aceite virgen extra elaborado con las aceitunas todavía sin madurar del todo, o sea, verdes, y que actualmente se ha puesto muy de moda.


El mediodía se acercaba y volvimos a Baeza. Teníamos reservada mesa en el Restaurante El Pájaro, situado en la plaza  y recomendado por un buen amigo. Allí fuimos. Estaba lleno. Era domingo. Un local muy elegante, muy bien decorado. Una amplia carta con platos muy sugerentes. Comimos estupendamente y el servicio impecable. Un gran acierto.



 


Por la tarde dimos un gran paseo por la ciudad. Anduvimos por calles que no conocíamos viendo edificios muy interesantes. Reconozco que en los días que estuvimos en Baeza conocimos muy bien la ciudad y sus alrededores (Úbeda y Cazorla). Una zona con mucha historia y con un rico patrimonio artístico y gastronómico. Nuestra siguiente etapa era Córdoba. Otras tres noches con una parada previa en Jaén capital para conocer su imponente catedral. Esta visita y la estancia en Córdoba será motivo de otra entrada.

Un saludo,