jueves, 24 de abril de 2014

Renovarse

      Doy este título a una iniciativa que se está llevando a cabo en un bar de Benta Berri: El Auñamendi.
Regentado por Iñigo (gran cocinero), cuenta con el apoyo incondicional de Mila (La chica estupenda del Auñamendi, según un buen amigo). Dos gauchos argentinos de Mar de Plata, Pablo y Matías completan el grupo. Dos camareros excepcionales tanto desde el punto de vista profesional como humano. Dos grandes tíos, hermanos además.

      Ya desde hace tiempo Mila nos ha sorprendido con su habilidad para el dibujo. Cuenta el bar con dos grandes superficies negras donde con la ayuda de sus incondicionales tizas (las de toda la vida) ha ido pintando personajes entrañables del barrio con un cierto toque caricaturesco. Viene a mi recuerdo el gran Patxi Larramendi, asiduo del Auñamendi, que también quedó plasmado en uno de sus dibujos. Ella, Iñigo y los hijos de ambos también aparecen por ahí. El bar funciona como un pequeño restaurante con una amplia carta que esta escrita/dibujada en otra de las paredes. Con letra magistral y diferentes colores Mila ha hecho de esa carta una auténtica obra de arte.



      El motivo de esta entrada es anunciar la renovación del establecimiento. Ya empezaron hace un par de meses a ofrecer un mix de cena/conciertos de música los domingos por la noche. Tuve la ocasión de asistir a uno de ellos en el que una joven arpista, estratégicamente colocada en una esquina, interpretaba de una forma muy relajante diferentes piezas tanto de música clásica como contemporánea.  Hace unos días pillamos a Mila "in fraganti" dibujando y pintando con sus inseparables tizas, la fachada del bar. Es algo que siempre me ha asombrado y he envidiado desde pequeño: la habilidad que tienen ciertas personas para el dibujo. La verdad es que lo hace muy bien. Encima posó. Que más se puede pedir a una artista.


      Actualmente el bar está cerrado y sometido a un ambicioso plan de renovación. Tengo información de que las cosas van viento en popa y en poco podremos reencontrarnos con estos amigos.

      Renovarse o morir. dos palabras tan utilizadas y que encierran mucho significado. No creo que hay que ser tan drástico con las expresiones. Estamos acostumbrados al dualismo (si/no, blanco/negro, verdad/mentira). Aquí nadie se muere por no renovarse pero si es verdad que los cambios hay que hacerlos cuando realmente sientes una necesidad que tiene que estar acompañada de un estado de ánimo positivo. Sin ese estado de ánimo nadie se renueva o reinventa.

      En este caso percibía en Iñigo ganas de darle un cambio a su vida profesional afrontando otros retos que nos los había contado y eso seguro que también ha influído en lavar la imagen del Auñamendi. Para ello, no se me olvidan, cuenta con la ayuda de esos fenómenos pamperos que son Pablo y Matías.

      Enhorabuena!!!!