martes, 30 de agosto de 2011

Crucero: reflexiones de un crucerista nobel

      Recientemente realicé un crucero por el Mediterráneo, concretamente por el Mar Adriático y el Mar Egeo y me ha quedado un cierto sabor difícil de explicar, no sé, una mezcla de decepción y confusión. Te lo pintan todo tan bonito e idílico que luego te das cuenta que no es así. Estás en un inmenso hotel flotante compartiendo espacio con más de 3000 personas y si quieres que todo funcione tienes que seguir las normas al pie de la letra. No se admiten dudas, todo está perfectamente explicado.Hay una intérprete (En el caso del español, una valenciana de más que sospechosa educación germánica) que en teoría te aclara posibles dudas que como he dicho antes no está permitido tenerlas sopena de una inquietante mirada acompañada de un movimiento de cabeza claramente insultante. Cada noche cuando llegas a tu camarote a dormir, después de haber pasado un día cronometrado y empaquetado en una excursión, tienes sobre la cama las normas, horarios, excursiones, etc, del día siguiente. Se aconseja tomar algo que te mantenga despejado (café, centramina, dexedrina...) para retener todo lo que te espera al día siguiente. Es parecido a rezar el Jesusito de mi Vida con tu compañera (o) de camarote o aprenderte de memoria "La Canción del Pirata" : se repasa a viva voz el orden del día siguiente y hasta que no se aprende la lección no hay permiso para dormir. Incluso por la noche te despiertas sobresaltado por que de repente no te acuerdas de la hora exacta de convocatoria en la sala de actos para la excursión contratada (carísimas por cierto).

MSC Música
       Cuando te reúnes por la mañana a cada excursión e idioma le asignan un número. A tí te dan una pegatina con el número correspondiente y desde ese momento no se te ocurra distraerte mirando por ejemplo a una macizorra porque como pierdas al grupo la has liado parda. Estamos hablando de las 7,30-8 de la mañana. Tus glándulas suprarrenales comienzan a segregar adrenalina, si es que te queda algo del día anterior, y esos niveles deben mantenerse todo el día incluso cuando, como he explicado antes, te vas a dormir. Reflexiono un momento y llego a la conclusión de que el momento más relajante del día es cuando te "meten" en el autobús para hacer los desplazamientos, aunque siempre corres el riesgo de que tus vecinos de adelante, atrás o de al lado tengan la celtibérica costumbre de llamar por el móvil a sus padres, hijos, etc y  explicar "al detall" todo lo que han hecho desde que se han levantado y lo que había en el buffet del desayuno. Te asignan un guía para las excursiones que generalmente habla bien en castellano y tiene el discurso perfectamente estudiado y estructurado.

Santorini
       Muy recomendable el de Atenas. Subiendo a la Acrópolis nos tuvo como una hora u hora y media debajo de un olivo dándonos las explicaciones correspondientes sobre lo que íbamos a ver y que no veíamos desde donde estábamos. El calor era "la caló" y cuando terminó nos indicó por donde se entraba. Se supone que teníamos que haber retenido todo y, claro, con aquella temperatura y el énfasis que ponía, confundímos el Partenón con la iglesia de Leaburu y las Cariátides con La Pirula y Conchita Retretes. La confusión llegó a tal extremo que ni siquiera nos pusimos de acuerdo en la hora de regreso al barco. El jeta de él se largó con parte del grupo y tres personas tuvimos que volver en un taxi en el que las llantas tocaban el suelo y el depósito de gasolina marcaba empty. A pesar de eso llegamos. Lástima de no acordarme de su nombre. El resto de los/las guías valían la pena.

Venecia
      Normalmente hacíamos desayuno en el buffet. Casi siempre comíamos en la ciudad donde habíamos desembarcado y al volver al barco te pasabas por el buffet o te ibas a uno de los incontables bares que había en el barco a tomarte una cerveza. No todo estaba incluído y era un poco confuso porque previamente tenías que haber comprado unos tikets para refrescos, cervezas, vino de las cenas... Todo muy caro. Las cenas las hacías en el restaurante del barco y generalmente la gente se arreglaba un poco. Dos noches hubo cena de gala y veías a la gente supertrajeada. La mayoría eran italianos y todavía me pregunto que maletones llavaban por se cambiaban de traje cada noche. Nos acomodaron en una mesa de cuatro con un matrimonio de guatemaltecos (Ileana Alamilla y Adrián Zapata) muy interesantes. El, profesor de la Universidad de San Carlos de Guatemala y ella abogada. Ambos muy implicados en la lucha contra la corrupción en su país causado por el narcotráfico y colaboradores de diarios digitales (Prensa Libre y Siglo 21). Esa implicación les ha obligado a exiliarse a Mexico durante largas temporadas por estar amenazados de muerte. Entablamos una amistad muy entrañable. Volviendo al tema de cena hay que reconocer que era de muy buena calidad tanto en su presentación como en su elaboración.

Crucero
      El barco estaba muy bien acondicionado y los camarotes muy dignos. La tripulación muy amable y no había nada que cinco euros no solucionaran.
      Otro tema que da para hablar mucho y tendido era la o las piscinas. Situadas en la cubierta 13 aquello era como una gigantesca lata  de carne humana encremada y apretujada en las tumbonas mientras el grupo de animación (italianos) no paraban de vociferar y animar a la tropa a través de los altavoces para que acudieran a la pista de baile que había en esa cubierta a bailar. Recuerdo haberles visto bailar el "Bomba" de King Africa con menos idea que la que yo tengo. Unos voceras impresentables que no te dejaban estar a gusto ni en la piscina (si es que podías coger hamaca).

Piscina
      Los ascensores tampoco tenían desperdicio. No se cuantos había (muchos) y no todos subían a donde tu querias. Un día antes de terminar el crucero conseguí aclararme algo. En teoría te lo explicaban unos gráficos que había en la pared y que los conseguí descifrar poco antes de que acabara la travesía (ni los jeroglíficos de la tumba de Tutankamón).


Dubrovnik

      Aviso a los mareosos. El que escribe lo es y se llevó una caja de Biodramina que volvió íntegra. El barco tiene un leve movimiento lateral y en nigún momento sentí amago de marearme.


Mikonos
      Podría seguir comentando mas cosas pero voy a poner punto final a estas reflexiones un tanto quejosas y jocosas pero vuelvo a repetir que mi impresión es un poco decepcionante. No creo que vuelva a repetir.