lunes, 6 de diciembre de 2021

Mariza

 El pasado 30 de Noviembre actuó en el Kursaal donostiarra Mariza. Actualmente, junto a Ana Moura, se les puede considerar las mejores voces del fado portugués. 


Es el nombre artístico de Marisa Dos Reis Nunes nacida en el Mozambique portugués el 16 de Diciembre de 1973. De madre mozambiqueña y padre portugués creció en el barrio lisboeta de la Mouraria, cuna del fado. Allí se fue empapando de esa música aunque inicialmente sus preferencias se decantaron por el gospel, el R&B (rhythm&blues) y la música brasileña.


Según cuenta su biografía su aproximación al fado tiene lugar en 1999 tras la muerte de la gran fadista portuguesa Amalia Rodrigues en cuyos homenajes póstumos Mariza participó.

Publicó su primer álbum en 2001, Fado em mim. En 2003 le siguió Fado curvo gracias al cual obtuvo ya reconocimiento internacional. Posteriormente siguieron otros discos, Transparente, Hay una música del pueblo (junto al cantaor José Mercé), Mi fado mío, etc. En 2007 participó en la película Fados bajo la dirección de Carlos Saura. El 24 de Mayo de 2014 interpreta el himno de la UEFA Champions League en la apertura de la Final de la Champions que se jugó en el Estadio da Luz de Lisboa y que enfrentó al Real Madrid y al Atlético de Madrid. En total ha publicado 10 álbumes siendo el último en 2020 y que forma parte de la gira que está realizando actualmente: Mariza canta Amalia. En España tiene previsto actuar en La Coruña, Madrid, Bilbao y Donostia.


Fue un concierto de unas 2 horas de duración sin descansos en el que pudimos ver y oír a una Mariza totalmente entregada, con una imponente capacidad vocal y una presencia escénica arrolladora. Todo en ella es genuino. Con que elegancia movía unos brazos interminables, en los que destacaban unos tatuajes florales que ocupaban prácticamente todo el brazo derecho, y unas manos con unos finísimos dedos. Entre canción y canción fue contando anécdotas de su vida en un casi perfecto castellano. Muy cercana, muy humana.


Comenzó el concierto interpretando dos fados con una profundidad y sentimentalismo fuera de lo común que consiguieron que unas lágrimas de cocodrilo empañaran mis gafas. Es que los fados son así, si te llegan te revuelven. Son poesía ayudada por la música, dulce melancolía que traduce muy claramente la identidad lusa. Interpretados por Mariza los podemos asimilar casi de la misma manera que lo haría un lisboeta. 


La puesta en escena muy austera: un acordeonista, una guitarra española, una guitarra portuguesa, un bajo y una batería. Los fue presentando y de todos destacaba el de la guitarra portuguesa. Un instrumento muy reconocible por su sonido y muy presente en la música popular portuguesa que consta de 12 cuerdas agrupadas de dos en dos. Una caja con forma de pera y un mástil más corto que el de la guitarra española. El intérprete, Luis Guerreiro, lo bordó.


Un concierto inolvidable y una cantante impresionante que espero la volvamos a ver por aquí de nuevo.

Un saludo,


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