Es el título de un libro que acabo de leer. El autor es el donostiarra Fernando Aramburu (1959) y me lo ha dejado un buen amigo apellidado como el autor aunque sin relación familiar alguna. Lo he leído prácticamente de un tirón, cosa que dice mucho a su favor.
El autor es licenciado en filología hispánica y reside en Alemania desde 1985. Se le considera uno de los narradores más destacados de su generación. Tiene varias novelas publicadas: Fuegos con limón (1996), Los ojos vacíos (2000), El trompetista del Utopía (2003), etc. Asimismo ha sido premiado en varias ocasiones con diferentes distinciones: Premio Ramón Gómez de la Serna (1997), Premio Euskadi (2001), XI Premio Vargas Llosa NH, etc. Con Años lentos obtuvo el VII Premio Tusquets Editores de Novela (Noviembre 2011).
Los hechos se remontan al final de la década de los sesenta y tienen lugar en San Sebastián, concretamente en el barrio de Igara, dode vive una modesta familia. Procedente de Navarra va a vivir a esa casa un niño, hijo de la hermana del ama de casa, Maripuy. Maripuy es de carácter fuerte y controla la familia y el dinero que su marido gana. El cabeza de familia, Visentico, trabaja en la fábrica de Jabones de Lizarriturry y es de carácter débil. No se implica en los temas familiares y su vida transcurre entre la fábrica, la taberna y la sociedad. Esta familia tiene 2 hijos: Julen y Maria Nieves. Por ahí también ronda, faltaría más, un cura: Don Victoriano.
El libro es un relato narrado por el sobrino/primo navarro al que Julen llama cariñosamente Txiki. El final de esa década son años convulsos: ETA hace acto de presencia y matan a su primera victima, el guardia civil Pardines, en Villabona. A las pocas horas la Guardia Civil mata en Olarrain al primer etarra: Javier Echevarrieta. Ese mismo año ETA asesina en Irún al Jefe de la Brigada Político-Social de la Guardia Civil, el comisario Melitón Manzanas. Comienzan las redadas y detenciones decretándose el estado de excepción en todo el Pais Vasco y tiene lugar el famoso Consejo de Guerra de Burgos donde se juzga a la cúpula etarra de esa época y cuyo motivo es el asesinato de Manzanas. Estos hechos son recojidos en el libro y Julen, el hijo, junto con el cura (que raro ¿no?) y otros colegas, andan implicados en esos asuntos. Por otro lado está la hija, María Nieves, cuyos devaneos no tienen desperdicio. Todo ello adornado con un ambiente gris, plúmbeo, triste (como la portada) en el que se deben mantener las apariencias como sea. El título también es significativo ya que el recuerdo que uno tiene de esa época es que el tiempo pasaba muy despacio y todo era cíclico, repetitivo y previsible.
El libro está editado por colección andanzas y consta de 217 páginas. Muy fácil de leer y entretenido. Nos describe a una familia que podía haber existido perfectamente y mucho de lo relatado nos es muy familiar.
Un saludo,
¡Hola, José! Lo leí este verano y me pareció una muy buena novela como la mayoría de este autor al que sigo hace tiempo. Te recomiendo leer la que a mí más me ha gustado de las que ha escrito y que recomiendo especialmente a todas las mujeres de mis amigos. Es un manual perfecto para entender a los hombres de nuestra generación, y narrado con un humor muy guipuzcoano, sin histrionismos, pero con una ironía y una gracia muy difícil de lograr. Se titula "Viaje con Clara por Alemania" y es de las mejores novelas que he leído en mucho tiempo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Era la primera vez que leía un libro suyo y me ha resultado muy familiar todo lo que escribía. Localizaré el que me dices.
EliminarUn saludo,
QUEREMOS MAS AKORRALES!DALE CAÑA AITAAA!!
ResponderEliminar