A los que nos gusta entrar en librerías y deleitarnos con la visión de estanterías repletas de libros la irrupción del libro electrónico (ebook) fue acogida inicialmente con cierta frialdad. Mirábamos para el otro lado como suele decirse. Su existencia nos traía sin cuidado, lo ignorábamos, es más, lo despreciábamos. Eso es para los que no aprecian el libro y les gusta más el dispositivo electrónico en sí que la lectura, decían unos. Está condenado al fracaso y al ostracismo, a mí no me pillarán, decían otros. Donde esté un libro recien impreso, con ese olor a papel y tinta, y con el tacto de las hojas, que quiten el ebook. Pues bueno, después de cierta pelea interior y rebeldía condenada al conformismo , el ebook ha entrado en mi mundo y tengo que confesarlo sin ningun tipo de rubor que se ha convertido casi como decía aquel anuncio de Ariel: "ya no puedo estar sin él". Lo tengo clarísimo en el sentido de que va a ser el futuro de la lectura. Dudo mucho que el formato en papel vaya a desaparecer cosa que los autores actuales también lo reconocen. Cuando se edita un nuevo libro también está a disposición la versión electrónica a un precio mucho más reducido y, como ocurre con los libros, si inicialmente tienen un precio al cabo de los meses se reduce notablente.
Me resulta difícil de entender cómo actualmente se edita tanto libro en España. No sé si el mercado hispanoamericano absorbe tanta oferta pero siendo este país de los de indices más bajos en lectura de Europa el hecho de tanta edición me deja absorto. A cualquier mega librería que vayas las toneladas de papel impreso que hay son alucinantes aunque, por otro lado, es muy agradable pasear y perderte en esos espacios. Me estoy acordando de una que hay en Rambla Catalunya de Barcelona que es una auténtica gozada.
Pero volvamos al ebook. El formato es comodísimo y su manejo, por lo menos el que yo tengo, muy sencillo. Inicialmente fue un regalo navideño para mi mujer pero, todo hay que decirlo, pensando también en que quizás yo también lo aprovecharía, como así ha resultado ser. Capacidad, creo, de unos 1500 libros con la posibilidad de irlos borrando a medida que los vas leyendo. Tiene una gran ventaja si lo que te dispones a leer es lo más parecido al tamaño de un armario, véase las famosas trilogías u otros libros de formato similar. Esa incomodidad desaparece al pasarlo al artilugio en cuestión ah. La calidad de las pantallas de lectura es óptima y no cansa a la vista pudiendo aumentar el tamaño de las letras si la inevitable presbicia ataca. No lo recomiendan en playas ni piscinas por lo de la arena/agua que se pueda meter en las diferentes conexiones. Asi que en playa/piscina libro de papel a poder ser en formato de tapa blanda por lo del peso y, muy importante, el precio. Ocupa poco sitio y es muy ligero.
¿Desaparecerán nuestras pequeñas bibliotecas domésticas?. Ahí todavía tendo mis dudas. ¿Qué haremos un domingo invernal triste y oscuro?. Es un placer ponerte delante de las estanterías e ir ojeando libros, enciclopedias, redescubrir algo que no te acordabas donde lo habías visto o leído. Pasa como con las fotos. Tener los álbumes bien fechados, clasificados y ojearlos: nacimientos, comuniones, veraneos, viajes, etc. es muy entretenido. Ahora el ordenador es un depósito o almacén de fotos donde van quedando guardadas muchísimas fotos a veces sin clasificar y su visión no es ni mucho menos tan placentera como la de los álbumes.
Así que todo mi apoyo al nuevo dispositivo de lectura pero con la esperanza puesta en que no desaparezca el formato de papel.
Un saludo,
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