Probablemente sea mi afición favorita. Lo repito, soy un aficionado más y procuro hacer muchas fotografías aprovechando las técnicas digitales. También le doy al retoque, cosa que me entretiene muchísimo, por lo que aconsejo al personal que lo practique. Pertenezco a la Sociedad Fotográfica de Gipuzkoa desde hace varios años y participo en su concurso social que es de periodicidad mensual. Lamento no poder ir a las reuniones en las que se valoran y puntúan las fotos que participan porque ahí se aprende mucho. También se aprende a escuchar y a aguantar el chaparrón cuando califican tus fotografías. Me gusta esta sociedad porque es totalmente altruista. Colaboramos con una cuota que podría definirse casi como simbólica y sin embargo nos organizan cursos, exposiciones y charlas con personajes interesantes. Su página web es muy dinámica y el foro merece la pena. En fin, un lujazo.
Recuerdo la primera vez que cayó en mis manos una máquina fotográfica, leí las instrucciones y aprendí conceptos como obturador, diafragma, distancia focal, velocidad de obturación, etc. Estaba estudiando Medicina, aquí, en San Sebastián y, por motivos que no vienen a cuento, vivía con mis abuelos maternos. Un día me diagnosticaron un Neumotórax espontáneo y me aconsejaron reposo en casa durante 3-4 días. Enredando en un cajón donde mi abuelo guardaba prismáticos, máquinas de fotos, etc me encontré con una máquina fotográfica alemana y con instrucciones en castellano (maravilloso). Mi abuelo por motivos de trabajo iba bastante a la Alemania de la postguerra y en uno de esos viajes se hizo con esa máquina (años 50) cuya fotografía reproduzco aquí.Es una Contax de la casa Zeiss Ikon AG de Stuttgart. Esta marca fué creada en 1929 y permaneció como tal hasta el final de la II Guerra Mundial. Al tener varias fábricas distribuídas por Alemania, éstas cayeron en diferentes manos según en qúe localidad se encontraran. Quedaron dos marcas: la de Stuttgart (en manos aliadas) y la de Dresden (en manos soviéticas). Es una máquina que todavía funciona a la perfección, totalmente de acero. De vez en cuando compro un carrete "de los de antes" y disparo fotos. La calidad es excepcional. Tiene una óptica fuera de serie apreciándose en las fotos el mínimo detalle. En la foto se aprecian varios componentes: objetivo de 50 mm intercambiable con obturador de cortinila metálica, el visor-telémetro que permite encuadrar con una sola mirada y enfocar simultáneamente, tapa de ventanilla para ajustar el exposímetro que está en la parte superior, ruedas con las que ajustar el DIN o ASA, la velocidad de obturación, el difragma, etc.
Aquí podemos ver la parte superior de la máquina con el exposímetro y las ruedas con las que ajustar lo dicho anteriormente. Es totalmente manual, es decir, para sacar una foto hay que hacer ajustes manuales de todo. Si ahora nos llaman pesados al sacar fotos qué sería entonces. No es una máquina reflex, es decir, no se ve a través del objetivo sino a través del visor-telémetro y sin embargo los objetivos se pueden intercambiar. ¿Cómo conseguirlo si la visión es siempre la misma?. Esta Contax lo resuelve de la siguiente manera: se intercambia el objetivo y en el carril donde iría el flash se coloca un visor universal con distintas distancias focales (como si fueran las diferentes lentes de un microscopio), buscamos la correspondiente (135 mm en este caso) y mirando a través de este visor contemplamos lo que saldrá en la foto. En la siguiente foto podemos apreciar el visor y el objetivo de 135 mm.
Al ser de acero pesa lo suyo (788 gr frente a los 456 gr de la Canon 400 D). Hay que llevarlo en su "estuche". Aquí encontré, en un bolsillo superior, un juego de filtros de colores que, confieso, nunca los he usado. Es de excelente cuero y todo encaja perfectamente, a la alemana.
Es una verdadera joya todavía en funcionamiento.
Actualmente la tengo en una vitrina junto a otras cámaras de las que hablaré en otra ocasión.
Si entramos en la eterna discusión de analógicas/digitales yo lo tengo claro: Digital. Lo que te permite lo digital es increíble. Siempre ha sido el sueño de todo fotógrafo: poder ver lo que has hecho al instante y si no te gusta lo borras. Los retoques que se pueden hacer son innumerables y las herramientas de las que disponemos son muy potentes. El tamaño si importa. Existen en el mercado máquinas digitales del tamaño de un paquete de tabaco o menores con unas prestaciones ilimitadas lo cual facilita su transporte. Las tarjetas de memoria son cada vez de más capacidad y se van abaratando. En fin, muchas ventajas.
Todo esto no debe hacernos olvidar lo que fué la fotografía analógica y la calidad de las máquinas que se fabricaron.
Saludos,
Padree que quería comentarte algo, y me he tenido que hacer un blog! se llama akuna matata! Oye muy chulo ehh
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