Cuando el monje franciscano Guillermo de Baskerville y su acompañante, el novicio Adso de Melk, llegan a una abadía benedictina enclavada en los montes italianos para resolver una serie de muertes acontecidas allí, quedan admirados de la portada de la iglesia y Adso tiene una serie de visiones al contemplarla.
"Cuando por fin los ojos se habituaron a la penumbra, el mudo discurso de la piedra historiada, accesible como tal, de forma inmediata a la vista y a la fantasía de cualquiera...". La descripción continúa de la siguiente manera:
" Vi un trono colocado en medio del cielo y sobre el trono uno sentado. El rostro del Sentado era severo e impasible, los ojos muy abiertos, lanzaban rayos sobre una humanidad cuya vida terrenal ya había concluído, el cabello y la barba caían majestuosos sobre el rostro y el pecho..".
Este relato introductorio aparece en el libro de Umberto Eco
El nombre de la Rosa. El autor tomó como referencia para esta escena la portada románica de la iglesia abacial de San Pedro localizada en Moissac (Francia) en el departamento de Tarn et Garonne, a unos 73 Km al norte de Toulouse.
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Timpano de la portada de San Pedro de Moissac |
Hace unos días tuvimos ocasión de visitarla. Tanto la portada como su claustro son lo más significativo (ambos son románicos) y su construcción data del siglo X. La iglesia actual es gótica de finales del siglo XV pero tanto la portada como el claustro fueron respetados y se pueden admirar en la actualidad. La construcción del claustro esta fechada el año 1100, según una inscripción que encontramos en una de sus crujías, periodo del abad Anquetil.
Año de la encarnación del principe eterno milesimo centesimo se hizo este claustro en tiempos del abad Anquetil. Amen. Luego hay unas iniciales VVV, MDM, RRR, FFF, que no se han podido descifrar.
La portada parece que se construyó sobre el 1110-15, también durante el gobierno del abad Anquetil, y responde a la iconografía clásica de las portadas románicas.
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Portada |
En el centro vemos el tímpano o luneto, llamado así por su forma de media luna. Es muy clásico, en la escultura románica de los tímpanos, representar escenas sacadas del Apocalipsis de San Juan (auténtico best seller de la época, riquísimo en alegorías y simbolismos) que hacen referencia al Juicio Final, momento en el que aparece Cristo, como juez supremo, para juzgar a los vivos y a los muertos. Este libro del Nuevo Testamento se reveló muy eficaz para los objetivos de la iglesia medieval. Hay que tener en cuenta que en esa época la mayoría de la gente era analfabeta y las esculturas tanto de las portadas como de los capiteles de las columnas hacían alusión constante al Bien y al Mal y de esa manera la iglesia "avisaba" a los fieles, peregrinos, etc, de lo que les podía pasar si no se atenían a sus normas. Eran esculturas docentes, historiadas, como describía Umberto Eco. En el centro del tímpano podemos ver al Pantócrator tambien llamado en latín Maiestas Domini o Cristo en Majestad, sentado en el trono con la mano izquierda sobre las Sagradas Escrituras (haciendo alusión a la obligación de cumplir lo escrito) y la mano derecha elevada. Rodeándole, el Tetramorfos, representación iconográfica de los cuatro evangelistas: el león (San Marcos), el águila (San Juan), el toro (San Lucas) y el ángel (San Mateo) Por fuera dos Arcángeles y a ambos lados, en tres registros, los 24 Ancianos del Apocalipsis. Tocando instrumentos musicales y con sus cabezas giradas, dirigen su mirada a la persona de Cristo en Majestad. Bajo la hilera inferior de ancianos se coloca el dintel con ocho rosetones y en el centro el parteluz, columna esculpida que divide en dos la entrada. Aquí vemos en su parte exterior seis leonas (las leonas de la Revelación) agrupadas en parejas y a ambos lados, esculpidos de manera antinatural y adaptándose al marco, el profeta Jeremías y San Pablo.
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San Pablo |
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Profeta Jeremías |
En estas dos esculturas podemos ver claramente como se cumplen las dos leyes siempre presentes en la escultura románica: la adaptación al marco y el
horror vacui (miedo a los espacios vacíos).
A ambos lados de la portada podemos ver bajorelieves alusivos a escenas del Nuevo Testamento con la huida a Egipto y otros momentos de la vida de Jesús y enfrente alegorías a los vicios terrenales como la avaricia, la lujuria, etc.
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Escenas de la vida de Jesús |
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Alegorías a los vicios terrenales |
Moissac se encuentra en una de las cuatro rutas o Vías Jacobeas que atraviesan Francia y que de Este a Oeste son: la Via Tolosana, que pasa por Sant Gilles du Gard, Narbonne, Toulouse y penetra en España a través del puerto de Somport. La Via Podensis, que transcurriendo casi paralela a la Via Tolosana, pasa por Conques, Moissac y termina en Ostabat. La Via Lemovicensis que viene de Vèzelay, pasa por Limoges, Pèrigueux y termina en Ostabat y la Via Turonensis que pasa por Tours, Poitiers, Burdeos y termina en Ostabat. Ostabat es una localidad del sudoeste francés (no aparece en el mapa), próxima a Saint Jean Pied de Port, donde confluyen estas tres vías francesas. De aquí sale una sola ruta que penetra en España a través del puerto de Ibañeta/Roncesvalles.
La ruta de Roncesvalles y la de Somport - Jaca - Sangüesa confluyen en Puente La Reina (Navarra) y de aquí, atravesando diferentes provincias, el Camino llega hasta Santiago de Compostela.
No puedo terminar de escribir esto sin acordarme de dos simpáticos peregrinos con los que estuve hablando un buen rato. La ecuatoriana Gabriela y el francés Rémy. Se conocieron hace 2 años en Cuzco (Perú) y llevan dos años viajando por Europa a salto de mata. La verdad es que daban envidia Tienen un blog en el que van contando sus experiencias:
www.entreviajesyamor.wordpress.com.
Un saludo,
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Gabriela y Rémy |
Muy bonito, muchas gracias
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