jueves, 16 de noviembre de 2023

Le dedico mi silencio

 Es el título del último libro escrito por el prolífico escritor peruano Mario Vargas Llosa y lo acabo de leer. Es una mezcla de ficción y ensayo ya que por un lado nos cuenta una historia protagonizada por el escritor Toño Azpilcueta y por otro nos introduce de lleno en el folclore peruano en el que el escritor nos deslumbra con sus amplios conocimientos.



La historia de Toño Azpilcueta se desarrolla en la década de los noventa en un Perú castigado por el terrorismo de Sendero Luminoso y nos describe la vida de un escritor de medio pelo que combina sus artículos sobre la música criolla peruana de la que es un gran conocedor colaborando en revistillas que muy poca gente lee, sus clases en un colegio y su vida familiar. Un día su vida da un giro inesperado y completo. Un conocido le invita a un espectáculo en el que actúa un guitarrista desconocido para él y que le deslumbra de tal manera que a partir de entonces su vida la va a dedicar a descubrir todo sobre él. Su nombre Lalo Molfino, un personaje esquivo y solitario. Toño Azpilicueta viaja a sus orígenes para intentar conocer todo sobre él: su historia personal, su familia, amoríos, cuando comienza a tocar la guitarra, maestros, etc. Con los datos que va obteniendo decide escribir un libro sobre el excelso guitarrista y el folclore peruano con sus variantes: Vals peruano, marineras, polkas y huainos. Una obsesión ronda por su cabeza  y es la posibilidad de que el folclore peruano sirva para provocar una revolución social que sea capaz de terminar con prejuicios sociales y raciales y una en un abrazo fraternal a todo el pueblo peruano. Todo esto lo plasmará en su libro.


La parte del ensayo se va entrelazando con la ficción a lo largo de la novela. Hace un amplísimo estudio  del folclore peruano, llamada música criolla y afroperuana. Como surge en los pobrísimos callejones de Lima  a finales del siglo XIX donde la indigencia y la miseria son manifiestas. Aquí se juntan sus pobladores y comienza a cantar y a tocar con guitarras, contrabajos, pianos y el  cajón peruano que consiste en una caja hecha con maderas duras y viejas que hace las veces de percusión y que se toca con las manos. Las clases altas limeñas rechazan este folclore. Ellos prefieren lo que viene de España. Aparece una extensa relación de cantantes, grupos, cajonistas y títulos de obras. Dos artistas aparecen como grandes impulsores de este nuevo movimiento: Felipe Pinglo  Alva y Mª Isabel Granda y Larco, más conocida como Chabuca Granda. Durante todo este relato se insiste en la utopía de la confraternización de todas las capas sociales gracias a la música criolla y como ésta servirá de unión a todos los habitantes del Perú ya que poco a poco y gracias a Chabuca Granda las clases sociales altas (ella provenía de ese estatus) van a ir aceptando esa nueva variante de la música peruana. Títulos como José Antonio, La flor de la canela y Fina estampa van a ir formando parte de su repertorio musical.


Otro de los temas que aborda con insistencia durante toda la novela es el de la "huachafería" y sus sustantivos "huachafo", "huachafa". Término que se podría equiparar a cursilería o al aparentar ser algo que no eres. Hace una amplísima exposición sobre a que aspectos de la vida se puede aplicar este adjetivo. Parece ser una palabra muy usada en el Perú. Pienso que ellos sabrán cuando y como utilizarla. A mi no me ha quedado muy claro aunque ya digo que se explaya en intentar explicar su utilización.

Cajón peruano

Un gran libro, una gran novela que nos sitúa en el Perú natal de Vargas Llosa al que da forma. Primorosamente escrito. Muy agradable y reposada su lectura. Sin sobresaltos aunque lo escribe con apasionamiento.

Vals peruano

Un saludo,





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