Este es el título de un libro de Arturo Pérez-Reverte que he leído estos últimos días. Es la primera novela escrita por el autor allí por 1983 cuando se dio a conocer como reportero de guerra. Esta edición es nueva y está publicada en 2009 por Punto de Lectura. Revisada por el autor y aligerada de adjetivos y adverbios, se presenta en formato de bolsillo con 196 páginas. Consta de 7 capítulos: La noche, La madrugada, La mañana, La escaramuza, La batalla, La carga y La gloria.
Cuenta la experiencia personal de un miembro de los húsares franceses durante la Guerra de la Independencia española, el subteniente Frederic Glüntz. Viendo los títulos de los capítulos podemos adivinar que la novela nos describe una batalla concreta. Este oficial francés, que nunca había participado en ninguna guerra, pertenece a un regimiento de húsares (caballería ligera) acampados en algún lugar de Andalucía.Los húsares son, junto a la infantería, los primeros que entran en combate y como característica principal de este cuerpo destaca su destreza con el caballo y el sable.
Húsares franceses |
Su evolución personal a lo largo de libro tiene mucho que ver con lo que es la realidad de una guerra. Todos esos valores idealizados se van al traste y termina preguntándose qué pinta en ese juego. Despotrica del ejército, de las ansias de gloria con las que sus compañeros de regimiento sueñan, de Napoleón, en fin, de todo lo que le rodea en esos momentos, y su mente retrocede en el tiempo para fijarla en unos ojos azules que conoció poco antes de ser destinado a España: Claire Zimmerman.
Napoleon Bonaparte |
Es una novela de lectura fácil, rápida y ágil en la que Pérez-Reverte muestra un gran conocimiento de esa época. Resulta muy interesante la conversación que el protagonista mantiene con un noble de los llamados "afrancesados" en Aranjuez y como éste, partidario de las nuevas ideas que se van propagando por Europa y que provienen de Francia, alecciona al subteniente sobre la idiosincrasia del pueblo español y de la incomprensible torpeza de Napoleón ignorándola. El francés no entiende como el pueblo español puede añorar a un Rey como Fernando VII, que es capaz, desde su dorado exilio en Francia, de felicitar al mismísimo Napoleón por los triunfos contra los españoles. El propio "afrancesado" acusa a Napoleon de las matanzas del 2 de Mayo en Madrid y deja atónito al oficial francés cuando le asegura que en ese momento él mismo se hubiera echado al monte contra Napoleón.
Libro muy recomendable. En 2 días lo ventilas. Todo un clásico.
Un saludo,
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