Se trata del título de un interesante libro que recoje las memorias de Niceto Alcalá-Zamora. Relata en un diario los acontecimientos sucedidos en España desde el 1 de Enero de 1936 al 8 de Abril del mismo año, día en el que fue destituído como Presidente de la República española.
Niceto Alcalá-Zamora ocupó ese cargo desde Octubre de 1931 hasta Abril de 1936.
Nace en Priego (Córdoba) en 1877 en el seno de una familia acomodada. Desde muy joven ingresa en el Cuerpo de Letrados del Estado y en el Partido Liberal de Práxedes Mateo Sagasta. A partir de 1905 ya ejerce de diputado. Desde entonces ocupa diferentes cargos en el Gobierno e intima con Alfonso XIII. En 1917 ocupa el Ministerio de Fomento y en 1922 el de Guerra. De este ministerio dimite ya que discrepa de la actitud que el Gobierno mantiene con el problema marroquí tras el Desastre de Annual en el que murieron cerca de 10000 soldados españoles.
En 1923 el General Primo de Rivera protagoniza un pronunciamiento y es nombrado presidente del gobierno por Alfonso XIII. Durante su mandato, Niceto Alcalá-Zamora manifiesta su total oposicíon a dicho Golpe y se retira de la vida pública, dedicándose a su labor como abogado.
Alfonso XIII con el primer Directorio militar |
En 1930 es nombrado presidente de la Academia de Jurisprudencia y ya se conocen sus actividades antimonárquicas y prorepublicanas. El 17 de Agosto de ese año tiene lugar El Pacto de San Sebastián en el que diferentes figuras republicanas, reunidas en San Sebastián, acuerdan una serie de maniobras destinadas a poner fin a la monarquía y poder proclamar la Segunda República. Entre ellos se encontraba Alcalá- Zamora.
Pacto de San Sebastián |
Tras esta reunión, Alcalá-Zamora fué encarcelado 6 meses junto a otros firmantes del Pacto.
El 14 de Abril de 1931 tras unas elecciones municipales en las que la coalición republicana obtiene un resultado muy amplio, aunque no de mayoría, Alfonso XIII abandona España y se proclama La República. Niceto Alcalá-Zamora es elegido Presidente del Gobierno provisional. En Octubre de ese año se forman las Cortes Constituyentes y es elegido Presidente de La República. Es la siguiente foto le podemos ver junto a Julián Besteiro, socialista moderado.
Es un libro en el que podemos leer a un Alcalá-Zamora muy decepcionado con la política y los políticos de la época. Por lo que podemos apreciar era un hombre con unas sólidas raíces cristianas, liberal pero amante de la ley y muy republicano. Cuando habla de Alfonso XIII no lo menciona por su nombre sino que se refiere a él como "el ex-Rey". No he apreciado desprecio ni odio hacia su figura, simplemente lo nombra. Nos sitúa perfectamente en la época y se repiten nombres de políticos con mucha frecuencia a los que en el fondo detesta por haber llevado al país a la situación en la que se encuentra. Recuerdo que relata acontecimientos entre Enero y Abril de 1936, muy próximos al inicio de La Guerra Civil.
Con Francesc Maciá |
Voy a transcribir un comentario que hace:
" No se dan cuenta de hasta qué punto no siento para mí apego al cargo y si honda repugnancia a tratar con todos estos elementos políticos, de una a otra banda, entre las cuales tengo que convivir. Quizás no se la den del peligro en que ponen a la República, que llaman suya, y que como tal, si no la quieren la aprovechan. En cuanto al país, les tiene sin cuidado".
Tampoco tienen desperdicio sus apreciaciones sobre políticos con los que tuvo que convivir. De Manuel Azaña, probablemente el político más nombrado del libro, dice:
"Conozco lo bastante a Azaña, cuyos principales defectos de fondo y forma, considerable pasivo de sus cualidades, son la satánica soberbia y como complacida expresión de ésta, una insuperable descortesía".
Manuel Azaña |
No quedan excluídos otros personajes de la época pero como he escrito antes, la época que relata, coincide con Manuel Azaña como Presidente del Gobierno. Los desencuentros entre ambos son numerosos y Alcalá- Zamora denuncia con frecuencia los muchos días que Azaña no se pone en contacto con él para comentar la situación del momento. El deterioro del orden público es creciente y no pasa un día en que asesinen a alguien por motivos políticos. La tan cacareada victoria del Frente Popular en Marzo de 1936 está llena de irregularidades que Alcalá-Zamora describe perfectamente. Los comités revolucionarios que existían, formados sobre todo por sindicalistas de la CNT y miembros del Partido Comunista, hicieron de las suyas con las actas de las elecciones en muchas localidades españolas, todo ello acompañado de una ley electoral, denunciada continuamente por Alcalá-Zamora, que favorecía a las mayorías de ambos extremos y perjudicaba a los partidos de centro. Este centro era lo que él quería potenciar como única salida para el país.
Que bien describe "la espantá" del gobierno presidido por Manuel Portela Valladares en Febrero de 1936 al aumentar la violencia callejera protagonizada por fuerzas izquierdistas y sindicalistas y ante las cuales se sintió impotente tanto él como el resto de ministros:
"Tampoco quieren resistir aquellos (los ministros) aquí. Sin duda no hay en la Historia ejemplo de una fuga como ésta, de un desamparo semejante en el que dejan al jefe del Estado que les dió el poder (.........) Y ahora según todos los informes, vuelven hacia mí los ojos y las esperanzas de todos, desde la extrema derecha a la izquierda; todos los locos de este desventurado país, que hacen cuanto pueden por dejarme sin autoridad, y que al borde del abismo que crean y hacia él avanzan, se acuerdan de mí para la salvación"
Manuel Portela Valladares |
Según el artículo 81 de la Constitución republicana, el Presidente de La República no podía disolver las Cortes más de dos veces durante su mandato. En las terceras Cortes podía ser destituido si se sumaban 3/5 partes de los diputados. Este fue el argumento esgrimido tras las elecciones en Marzo de 1936 para destituir a Niceto Alcalá-Zamora. A lo largo del libro se va viendo que entre los políticos que entonces mandaban (Azaña, Prieto, Gil-Robles, Largo Caballero, etc) el presidente no gozaba de mucha aceptación y es muy raro el comentario que él hace de forma favorable sobre alguno de los nombrados. Estaba en el punto de mira de todos ellos que buscaban su destitución de la forma que fuera.
Gil-Robles |
Situémonos en la época: en las elecciones de 1933 había ganado la CEDA, liderado por Gil-Robles, (equivalente al PP de ahora). Alcalá- Zamora por miedo a la reacción de fuerzas izquierdista no formó gobierno con ellos. En 1934 dada la inestabilidad del gobierno no tuvo más remedio que darles 5 carteras. La reacción no se hizo esperar y una de las consecuencias fué la Revolución de Asturias de 1934, capitaneada por el PSOE y sofocada por el Ejército a las órdenes del General Franco.. A finales de 1935, Alcalá-Zamora, presionado por todos no tiene más remedio que disolver las Cortes y convocar elecciones para Marzo de 1936. Esta disolución, deseada sobre todo por los izquierdistas fue la utilizada para poder destituir al Presidente, ya que anteriormente ya había disuelto las Cortes. También he explicado la manipulación grosera de las actas. Pues bien, el objetivo de esa manipulación no era otro que el conseguir 3/5 de diputados izquierdistas y así poder destituir a Alcalá-Zamora. Todo ello se consumó y de forma provisional ocupó la Presidencia de La República Diego Martínez Barrio, Presidente de las Cortes, hasta la covocatoria de elecciones de las que salió elegido Presidente de La República Manuel Azaña.
Diego Martínez Barrio |
Está perfectamente documentado que todo esto fué una maniobra urdida entre Manuel Azaña (Izquierda Republicana) e Indalecio Prieto (PSOE) para alzarse con poder. La idea era que Azaña fuera Presidente de La República y Prieto lo fuera del Gobierno. Prieto quería la hegemonía dentro del PSOE ya que Largo Caballero, representando el ala más radical, le molestaba y le hacía sombra en el partido.
Indalecio Prieto |
Posteriormente, republicanos de la categoría de Madariaga o Sánchez Albornoz así lo han reconocido y no dudan de culpar a esa maniobra ilegal, para quitarse de encima a Niceto Alcalá-Zamora, como uno de los desencadenantes de La Guerra Civil ya que éste hacía muy bien de dique de contención entre los políticos y el Ejército. Era un hombre quizás más respetado por el Ejército y la Iglesia que por los políticos a los que les sobraba ambición personal y desinterés por el bien común, situación que todavía se da con mucha frecuencia.
Alcalá-Zamora y Franco |
Libro muy recomendable pero que aconsejo leer con mucha calma ya que la construcción de las frases que hace Alcalá-Zamora se hace en ocasiones bastante engorrosa para leer. Hay un detalle que es de agradecer a Jorge Fernández-Coppel, autor del libro y es la recreación de las situaciones que describe Alcalá-Zamora vistas tambien desde lo escrito en las memorias de los políticos a los que alude esa situación. Por ejemplo: si Alcalá-Zamora comenta una reunión con Azaña hay un apartado en la página que describe esa reuníon pero desde el punto de vista de Azaña. Se agradece el detalle.
Un saludo,
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