Hace unos días estuvimos pasando un fin de semana largo (viernes, sábado y domingo) en Barcelona. Esta ciudad siempre es un destino turístico con mucho gancho que nos invita a redescubrirla cada vez que vas. Esta vez la excusa era la visita a una hija que ha comenzado la carrera de Medicina. Hemos hecho muchos viajes a Barcelona en coche desde hace muchos años. Durante 10 años estuvimos viviendo en Cataluña, concretamente en Vic, por lo que ese viaje lo tenemos muy rodado. No sé si será cosa de la edad o que ya me resulta muy tedioso viajar en coche. La cuestión es que esta vez nos decidimos por el tren. El acierto ha sido total, así que me da la impresión que el coche se va a ir quedando en casa cada vez con más frecuencia. Salimos el viernes por la mañana en "El Alvia" y llegamos al mediodía. Nos hospedamos en un hotel cerca del Paseo de La Bonanova muy recomendable (Hotel Tres Torres), muy cerca de la Residencia Universitaria donde está nuestra hija. Por la tarde cogimos un autobús que, bajando por República Argentina nos dejó en Diagonal, entre Rambla Catalunya y Paseo de Gracia. Caminamos por Rambla Catalunya hacia Plaza Catalunya.
Rambla Catalunya es una calle muy céntrica que, desde La Diagonal, baja hasta Plaza Catalunya. Se podría decir que es la parte superior de las populares Ramblas. Tal y como vemos en la fotografía consta de un ancho paseo central flanqueado a ambos lados por 2 vías unidireccionales de tráfico. En esta zona central abundan las terrazas de cafeterias colindantes. A ambos lados se desparrama todo tipo de comercio, cafeterías, granjas (así se llama en Cataluña a los establecimientos que sirven desayunos). En la foto de abajo podemos ver el "Colmado Quilez", clásico comercio barcelonés de alimentación. Es lo que aquí conoceríamos como comercio de ultramarinos.
Continuamos nuestro paseo por Rambla Catalunya y al llegar a la confluencia con la calle Aragón divisamos la Fundación Antoni Tàpies. El edificio sede de la fundación es de estilo modernista construido entre 1881 y 1885 por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner. Combina el ladrillo con hierro e inicialmente albergó la Editorial Montaner i Simón. En 1990 se inauguró como Fundación Antoni Tàpies y alberga la obra del artista catalán. En esta ocasión no había mucha obra propia y se había cedido espacio para una monográfica del artista de Itziar, Ibon Aranberri.
Tras visitar la fundación fuimos al Paseo de Gracia, calle paralela a Rambla Catalunya. El Passeig de Gràcia es una de las arterias principales de Barcelona. Antiguamente se llamaba camino de Jesús y servía para unir el pueblo de Gràcia (independiente hasta 1897) con la ciudad de Barcelona, por donde se entraba a través del Portal del Angel. En 1821 se proyectó su urbanización y fué inaugurado en 1827. Era el lugar favorito de la aristocracia y de la burgesía para lucir sus caballos y lujosos carruajes. Los grandes arquitectos modernistas de la época (Lluís Domènech i Montaner, Antoni Gaudí, Josep Puig i Cadafalch) dejaron para la posteridad obras que aún perduran.
El Passeig de Gràcia actualmente es una da las avenidas más famosas de España y ahí se concentra el comercio de alto standing. También es un área de negocios de primer orden. Camuflado y sin nigún tipo de publicidad está el lujoso Hotel Mandarín Oriental. Como referencia encontramos en la entrada Tiffany & Co, prestigiosa joyería americana famosa por aparecer en la película "Desayuno con diamantes" Este hotel se ubica donde estaba el Banco Hispanoamericano.Su lujosa cafetería está decorada con las cajas fuertes particulares de dicho banco. Su acceso se hace a través de una rampa y cual fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos con el actor Robert de Niro que estaba rodando una película en Barcelona. La sección femenina no se lo podía creer. Un leve saludo y poco más. Por supuesto nada de fotos.
Hotel Mandarin Oriental |
. Se hace absolutamente necesario hacer un descanso cuando llevas varias horas paseando. La gran ciudad siempre agota fisica y mentalmente ya que tienes que estar continuamente alerta con el tráfico, los peatones, etc. Una cerveza con unas olivas y a seguir andando. La futura doctora tenía clase por la tarde y quedamos en la cafetería Zurich sita al comienzo de Las Ramblas. Probablemente sea una de las más frecuentadas por el turismo en Barcelona.
Esa noche teníamos entradas para ir al Palau de La Música a un concierto de Rosario Flores. El Palau de La Música es un edificio modernista proyectado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, uno de los máximos exponentes del modernismo catalán. Se construyó entre 1905 y 1908 y fue sufragado por industriales y financieros catalanes, ilustrados y amantes de la música. En 1997 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad. Es un edificio impresionante desde el punto de vista estético. No es muy grande pero se disfruta viendo cada uno de los detalles que lo compone.
Antes del concierto, en plena Plaza de Cataluña cenamos en el Hard Rock una hamburguesa de las muy ilustradas y unos nachos mexicanos. Nos sirvió un camarero que era de Vitoria y hablaba el catalán y el euskera con una soltura envidiable.
Podemos ver varios detalles del Palau incluido el de la taquilla, que no tiene desperdicio.
Nunca había presenciado un concierto de Rosario Flores. Me pareció una artistaza de los pies a la cabeza. Se movía perfectamente en el escenario y bailó primorosamente. Animaba continuamente al público y su implicación fue total. El Palau estaba hasta los topes y la gente no dejó de bailar. Fueron hora y tres cuartos de flamenco y rumba catalana junto con algún tema de su hermano Antonio, que lo lleva en el alma. Una vez terminada la actuación nos retiramos a dormir con un buen sabor de boca. El día siguiente nos traería nuevas expectativas.
Amaneció el sábado con un sol radiante y una temperatura ideal para volver a patear la ciudad. Como desde hace unos años el precio del hotel no incluye el desayuno, salimos rumbo al Paseo Bonanova. En una granja típica desayunamos a la catalana (Café amb llet i entrepá de fuet amb tomaquet). Creo que ya lo he repetido en algún artículo: estamos acostumbrados a unos precios en San Sebastián que cuando sales nada te resulta caro, incluso más barato aunque desayunes en una zona calificada como "alta" como es el Passeig Bonanova. Nos acercamos andando a la Residencia de La Salle Bonanova a recojer a la doctora, nos enseñó el Colegio y La Residencia.
Residencia La Salle Bonanova |
Salimos del colegio con la idea de visitar La Basílica de La Sagrada Familia (título otorgado recientemente por el Papa Benedicto XVI en su visita a Barcelona). El taxista ya nos advirtió que algunos sábados había puertas abiertas, es decir, visitas gratis. Pues bien, ese sábado tocaba. Las colas daban la vuelta a toda la manzana así que le sugerimos la taxista que nos llevara al Maremagnum. Se trata de un espectacular centro comercial situado en el rehabilitado Puerto de Barcelona y que simula un gran barco flotando. Está rodeado por L'Aquarium y el cine Imax Port Vell y se puede acceder caminando desde el Moll de la Fusta (antiguo muelle del puerto donde desembarcaban la madera) a través de un moderno puente. El día acompañaba y paseamos rodeando el puerto deportivo para llegar al Palau del Mar.
Palau del Mar |
Palau del Mar |
El Palau del Mar es un típico edificio de arquitectura portuaria del S. XIX. Se construyó entre 1880 y 1890 para albergar los antiguos Almacenes Generales del Comercio. En la actualidad es sede del Museo de Historia de Catalunya. Tal y como se puede apreciar los bajos albergan establecimientos de restauración con amplias terrazas que invitan al paseante a sentarse y admirar el puerto con las embarcaciones amarradas.
Como se iba acercando la hora del Angelus había que hacer una parada obligada y que mejor "capilla" que el Vaso de Oro. Típica cervecería de La Barceloneta, algo incómoda, pero con mucho arte en eso de echar la cerveza y con una barra impresionante. Así que parada y fonda.
El Vaso de Oro (interior) |
Una vez repuestas las fuerzas fuimos caminando hacia el Borne. Este barrio se ha transformado en los últimos años para convertirse en uno de los barrios con más atractivo. Está situado al este de Las Ramblas en el otro extremo de Vía Laietana. Está formado por un laberinto de callejones llenos de comercios de moda, bares de tapas, restaurantes iluminados por velas y con una amplia elección de cocinas internacionales. Hay asimismo un amplio número de vinotecas. La mayor parte de estas calles son peatonales y es una auténtica delicia pasear por ellas. Una de ellas es la calle Montcada donde está localizdo el museo Picasso y La Galería Maegt, famosa esta última como "responsable" del éxito de Eduardo Chillida.
El Borne |
En dicha calle existe un establecimiento típico y muy frecuentado por las hordas de turistas que frecuentan Barcelona: El Xampanyet, bar de cava de obligada visita para degustar una copa de buen cava.
El núcleo central de este popular barrio lo constituye la Catedral de Santa María del Mar construída en el siglo XIV por el pueblo y para el pueblo de Barcelona bajo la dirección de Berenguer de Montagut. Famosa gracias a la estupenda novela de Ildefonso Falcones, es uno de los templos más bellos que existen. Carece de la monumentalidad de otros templos y como gran virtud tiene que se construyó de forma ininterrumpida durante cincuenta y cinco años bajo una única influencia arquitectónica con escasos elementos decorativos.
Catedral de Santa María del Mar |
Una vez realizada la visita obligada seguimos paseando por ese entramado de callejones que forman el Borne y que contituyen el origen de la ciudad de Barcelona.
Calle de El Borne |
Se iba acercando poco a poco la hora de comer y la juventud empezaba a protestar exigiendo algo para calmar el apetito. No era dificil elegir ya que la oferta era muy amplia. Al final nos decidimos por un bar de tapas (Lonja de Tapas El Celler de la Ribera) muy originales y muy artesanales, de formato grande, servidas en vajillas de diseño y de muy buena elaboración. Lo podemos ver en la foto de abajo, en una plaza muy atractiva y tranquila, plaza de les Olles, muy cerca del antiguo edificio de La Bolsa.
Plaça de les Olles |
Aprovechamos para un largo descanso algo perturbado por un niño que no paraba de chillar con la aparente aquiescencia de los padres (cosa cada vez más frecuente, por desgracia). Menos mal que abandonaron el local bastante pronto. Para ser un local tan pequeño llamaba la atención la amplia elección de vinos. Una vez repuestos fuimos andando por el Paseo de Francia dirección a las Ramblas. Pasamos por delante de la Capitanía General y comenzamos a subir por el célebre paseo barcelonés. Este paseo transcurre entre Plaza Catalunya y el monumento a Colón y posee varios edificios de interés como El Palacio de la Virreina, el teatro Liceo, el mercado de la Boquería, etc. Al comienzo por su parte inferior asoman pintores, dibujantes y diferentes puestos de mercadillo. A medida que vas subiendo van apareciendo elementos estáticos que se mueven si les das algo de dinero. Personalmente es un tipo de atracción que no me sugiere nada pero aquí ves algunos que tienen mucho mérito.
Seguimos subiendo y al doblar por una bocacalle a mano derecha llegamos a la Plaza Real, una plaza con palmeras y soportales que acojen cervecerías y reataurantes. Los domingos por la mañana es cita obligada para coleccionistas, sobre todo de sellos y monedas.
Hacemos un breve descanso y volvemos a las Ramblas para adentrarnos en el Mercado de San José (La Boquería).
La Boquería |
Este mercado es un auténtico festival de luz y color. Los puestos de frutas son un espectáculo pocas veces visto. Los tenderos se encargan de colocar las frutas ordenadamente y perfectamente relucientes. Son unos ejemplares que no sé de donde los sacan. En una visita anterior, a la entrada había un puesto de setas que era un compendio de micologia con las variedades catalogadas y descritas sus características gastronómicas. Parecían de mentira por la perfección que mostraban. En la entrada un individuo/a tipo Drag Queen o Reinona nos daba la bienvenida y se dejaba fotografiar "encantada".
Las pescaderías estaban cerradas a esa hora. Merece la pena visitarlas por la mañana. Las dependientas con unos delantales llenos de puntillas, blancos inmaculados y bien almidonados, nos muestran un pescado fresquísimo y perfectamente colocado, con unas cigalas dispuestas de tal forma que parece que van a comenzar a bailar.
Seguimos subiendo hasta llegar al límite superior junto a la fuente Canaletas. En esta zona es donde se concentra la afición culé cada vez que el Barça gana algún campeonato. Es una fuente con cuatro dispensadores, de hierro y de estilo modernista.
Junto a esta fuente está la salida de la estación que se encuentra bajo Plaza Catalunya y que es nudo de comunicación de prácticamente todas las lineas del metro y de los ferrocarriles de la Generalitat ("el ferro").
Enfrente de la fuente se encuentra una tienda de moda que sirvió para que el sector femenino, no agotado aún de la caminata, entrara en tropel a la búsqueda de algo. También sirvió para que el que esto escribe se diera un garbeo por Plaza Catalunya. Entre otras cosas pude admirar algunas esculturas expuestas entre las que destacaba "La Diosa" de Josep Clará, escultor nacido en Olot en 1878 y fallecido en Barcelona en 1958.
Estudió Bellas Artes en Toulouse y obtuvo una beca para continuar su aprendizaje en Paris. Aquí conoció a Auguste Rodin y eso le hizo decantarse por la escultura. Pertenece al movimiento "Mediterranismo" y su obra es figurativa, sólida y compacta. En la misma plaza existe una copia de otra escultura del mismo autor llamada "Juventud".
Tras citarnos en Canaletas proseguimos rumbo a Paseo de Gracia y al pasar junto a Casa Batlló pudimos ver que no había apenas cola para poder entrar y visitarla. Así que compramos las entradas (escandalosamente caras) y entramos.
Casa Batlló es un edificio obra del arquitecto Antoni Gaudí construído entre 1904 y 1906. Es uno de los máximos representantes del modernismo catalán. Gaudí recibió el encargo del industrial José Batlló Casanovas de remodelar un edificio ya existente construído por Emili Sala Cortés en 1875. Gaudí insistió sobre todo en la fachada, el piso principal, el patio de luces y la azotea. De este edificio se visita el piso pricipal y el segundo, así como el desván y la azotea. Desde la entrada se aprecia la escalera de madera de forma helicoidal acompañada por un pasamanos igualmente de madera y helicoidal. No tiene desperdicio. En el salón del piso principal se aprecia una lampara de hierro de la cual salen haces de luz que iluminan unos relieves del techo dando un toque marino de indudable belleza.
Se pueden apreciar parte de las puertas del salón de estilo modernista con incrustaciones de cristal de diversos colores. Dentro del salón también podemos ver el ventanal que da al Paseo de Gracia.
Del piso principal accedemos al patio trasero que se abre a un patio interior típico de las manzanas del eixample barcelonés. Muy bonito y profusamente decorado con el clásico trencadís gaudiano mezcla de vidrios y cerámicas rotos de vistosos colores.
Para acceder a los pisos superiores se puede ir en ascensor o por las escaleras del patio interior decorado con onduladas cerámicas en las que predomina en color azul (otra vez la inspiración marina).
El segundo piso no aporta nada especial y continuamos ascendiendo hasta el desván que recuerda al del edificio de La Pedrera. Evoca el esqueleto de madera de un antiguo galeón. De aquí a traves de unas escaleras de caracol subimos a la azotea en la que nos podemos recrear con unas estupendas vistas de la ciudad. Como elementos a destacar hay un grupo de chimeneas helicoidales revestidas de vidrio y cerámica rematadas por unos sombreretes cónicos y unas bolas asimismo revestidas por vidrio y cerámica.
La fachada queda culminada con arcos catenáricos cubiertos de ladrillo y recubiertos con cerámica vidriada en forma de escamas que recuerda al lomo de un dragón y la típica cruz gaudiana de cuatro brazos.
Junto a la casa Batlló se encuentra la Casa Amatller obra de Josep Puig i Cadafalch. Antoni Amatller, industrial chocolatero encargó a este arquitecto la transformación, en 1875, de un edificio que había comprado para uso particular. Josep Puig i Cadafalch le dió la apariencia de un palacio gótico urbano.
Este edificio no se puede visitar pero si podemos entrar en el portal donde destacan unas impresionantes lámparas de bronce adosadas a la pared con dragones y pantallas de vidrios de colores.
El balcón principal de la fachada es un magnífico ejemplo de forja artesanal de primer orden.
El dia iba llegando a su fin y decidimos dar por acabada la jornada. Nos dirimos al Hotel Majestic, en pleno paseo de Gracia, a descansar un rato y poder disfrutar del pianista que animaba la velada. Una reunión de la juventud barcelonesa en pleno, en la que llamábamos la atención por ser los más jóvenes del lugar. Por lo menos el ambiente era muy tranquilo y el mobiliario cómodo. Así que a relajarse. A la salida nos dirigimos a un restaurante italiano próximo al hotel y a cenar. El establecimiento poco a poco se fue llenando y al terminar fuimos caminando por la acera de la derecha del Paseo de Gracia, que es donde están casi en su totalidad las tiendas de más alto nivel. Al llegar a Diagonal caminamos hasta Plaza Calvo Sotelo y desde ahí en taxi al hotel. No puedo calcular los km. que hicimos ese día pero seguro que unos cuantos.
Amaneció el domingo prácticamente con el mismo tiempo que el sábado, cielo azul y temperatura perfecta. Esta vez tuvimos que ir a la Calle Mandri a desayunar ya que la granja del día anterior estaba cerrada. Lo hicimos en una cafetería que podríamos llamarla de diseño y con el mismo menú. Una vez desayunados nos dirigimos al Parque Güell. El Park Güell, en su denominación original, está situado en la parte alta de Barcelona, en una ladera de la montaña del Carmel y mirando al mar.
Eusebi Güell |
Fué diseñado por Antoni Gaudí por encargo del empresario Eusebi Güell. Construído entre 1900 y 1914 fue inaugurado como parque público en 1922 Fue inicialmente concebido como un conjunto estructurado donde se situarían viviendas de alto standing. Poco a poco fueron viendo que el proyecto era un fracaso comercial por encontrarse muy alejado del centro de Barcelona. Sólo se vendieron 2 parcelas, una es la actual Casa-Museo Gaudí y la otra la Casa Trías, propiedad del abogado Martí Trías i Domènech, amigo de Güell y Gaudí.
Casa Trías |
Casa-Museo Gaudí |
La entrada es gratuita cosa a la que desgraciadamente no estamos acostrumbrados y que, en este país, sorprende. Según he podido leer. es una alegoría a la entrada al Paraíso. Tanto Gaudí como Güell compartían conceptos centrados en la religión católica, entre otros.
De este vestíbulo de entrada parte una escalinata dispuesta simétricamente alrededor de una escultura de salamandra que se ha convertido en el emblema del Parque y de Barcelona.
Sobre la escalinata se sitúa la Sala Hipóstila o de las cien columnas, concebida para funcionar como mercado para el barrio residencial y que sirve de soporte a la plaza superior. Esta inmensa plaza forma el punto central del parque. Su borde sirve de banco y ondula durante 110 metros. Está recubierto de pequeñas piezas de cerámica y cristal siguiendo la técnica del "trencadís".
Esta plaza debía servir,como el ágora en la época griega, de punto de reunión de los habitantes del complejo residencial y para la celebración de eventos religiosos y culturales. Gaudí también construyó una serie de viaductos para el paso de carruajes y paseos porticados para el paseante.
Pórtico de La Lavandera |
Otro tramo del Pórtico de La Lavandera |
Paseando y paseando llegamos hasta la Casa - Museo Gaudí. Aquí vivió Gaudí entre 1852 y 1926 con su sobrina. Desde aquí se dirigía andando hasta La Basílica de La Sagrada Familia para dirigir las obras. En 1912 murió su sobrina y desde entonces vivió solo.
A finales de 1925 Gaudí se fue a vivir definitivamente al obrador de la Sagrada Familia. Gaudí murió en 1926 y actualmente este museo acoje una colección de objetos diseñados por él.
Una vez visitada la casa continuamos nuestro paseo por el parque. Descendiendo por la zona de los pórticos llegamos a la salida y állí pudimos admirar una impresionante ventana.
Salimos del Park Güell y nos dirigimos al popular barrio de Sarriá para tomar un aperitivo, a poder ser unas bravas en Casa Tomás. El distrito Sarriá-Sant Gervasi está formado por lo que fueron dos antiguos pueblos a las afueras de Barcelona. Durante el Siglo XIX Sarriá era la segunda residencia de la burguesía catalana que durante los fines de semana o en verano abandonaba el Ensanche para salir de la ciudad. Geográficamente se sitúa al norte de Barcelona, en la ladera de la sierra de Collserola. En este barrio se concentran muchos colegios instalados en lo que fueron grandes mansiones y caserones.
Habíamos quedado con mi hermano y su familia, y fuimos caminando hacia Plaza Sarriá por lo que antes era la transitada calle Mayor de Sarriá, hoy afortunadamente peatonal. Uno asciende por esa calle y le resulta dificil de entender que por esa estrecha calle, hasta hace pocos años, circulaban incluso autobuses. Sarriá se ha convertido en una apacible zona peatonal con terrazas y pequeño comercio de artesanía que presenta mucha animación el fin de semana a la hora del aperitivo. En Plaza Sarriá había un mercado de gastronomia típica catalana y una colla de sardanistas bailaban sardanas.
Fuimos al Tomás y tras esperar un poco (estaba a tope) nos pudimos sentar y degustar unas fantásticas bravas, alcachofas rebozadas, escalibada, etc. Muy buen ambiente durante la comida y al terminar fuimos al hotel a por las maletas y a las 15h 35' cogíamos el tren de vuelta. Nos pasaron la prensa del dia y entre cabezada y cabezada íbamos leyendo algo, oyendo música del mp3, cafecito en la cafetería y a las 21h en Donosti, lloviendo para variar.
Un viaje muy provechoso y aconsejable. No hay mucha tendencia a que la gente de aquí vaya de turismo a Barcelona. Parece que Madrid tira más y todo el mundo conoce sitios, restaurantes, etc. La excusa suele ser la oferta de espectáculos, teatros, etc. Puede que en teatros Madrid sea más apetecible. Por lo que pude ver cuando encargué entradas es que la mayoría de los de Barcelona son en catalán y de actores muchas veces desconocidos. En lo demás, no desmerece nada. A mí personalmente me resulta más atractiva Barcelona que Madrid.
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